- Área: 2053 m²
- Año: 2007
-
Fotografías:Javier Callejas
Este pequeño centro escolar es un edificio feliz. Se inserta en un contexto urbano, sobre una parcela segregada del instituto vecino, con el que comparte la situación y la orientación ideal de las pistas deportivas, y con el que dialoga enfrentando el pequeño gimnasio con el de los mayores, situado en el extremo opuesto de las zonas de juegos.
El edificio se adapta a la topografía para dejar en planta baja y primera el programa de Primaria y Administración. Las aulas de Infantil y sus corralitos orientados al Sur se sitúan una planta por debajo, al nivel del gimnasio y áreas de recreo. A este nivel se accede mediante rampa exterior, y a través de una escalera con iluminación cenital desde un vestíbulo que es el verdadero corazón y distribuye todas las circulaciones, facilitando el control.
La planta se basa en un ejercicio de modulación rigurosa, para adaptar las luces del rígido sistema estructural de hormigón armado a los estándares escolares, y a la vez al sistema constructivo de bloque de hormigón visto, ranurado al exterior y liso al interior. Este sistema –muy frecuente en la construcción norteamericana para edificios públicos- permite un resultado sólido, de muy bajo mantenimiento, y más allá de la tónica normal en este tipo de centros escolares, que le confiere un carácter singular.
El sistema de pórticos con vigas de canto permite dejar fachadas diáfanas, que se tratan con carpinterías practicables y paneles sandwich en colores vivos, con protección solar en las fachadas sur.
Las aulas se articulan en torno a un patio longitudinal arbolado, que permite la ventilación y adecuada iluminación de las zonas comunes. De hecho, el Centro se caracteriza por ser muy luminoso al haberse optado por pasillos a ambos lados del patio, compensando con la eficaz distribución de los espacios el aumento del ratio de zonas de circulación.