Recientementse se han publicado los resultados del concurso para la nueva sede de la Universidad de Arquitectura de Tournai en Bélgica, que fue ganado por el prestigioso despacho portugués Aires Mateus - formado por los hermanos Manuel y Francisco Aires Mateus.
Con una primera fase de trabajos estimada en 4 millones de Euros, en esta obra, los hermanos Manuel y Francisco Aires Mateus pretenden traspasar a los estudiantes la importancia de conceptos como el intercambio y la distribución, centrándose en la creación de espacios públicos.
Eliminar pasillos y salas, forzar a la gente a moverse dentro de las áreas interiores de trabajo, y, yendo aún más lejos, hacer de la escuela un acceso entre dos ciudades - son algunas de las características básicas de las nuevas instalaciones de la universidad. Ya en el 2015 éstas se mudarán desde su actual campus, a 10 km del centro de la ciudad, hasta el centro de Tournai.
"Toda la estrategia [del proyecto] tiene que ver con la respuesta a esta idea de urbanidad", explica Manuel Aires Mateus. Y respondiendo al centro urbano implicó un trabajo de relación preexistente con - desde luego- una lección de arquitectura.
En el complejo hay un antiguo hospital del siglo XVIII y dos naves industriales de principios del siglo XX. El proyecto de Manuel y Francisco Aires Mateus prevé la demolición del edificio más pequeño y la rehabilitación de los tres más grandes.
El antiguo hospital recibirá los servicios administrativos y las dos naves industriales, estructuras metálicas y grandes espacios, que recibirán las aulas y las bibliotecas. El edificio que se construirá desde su raíz funcionará como un amplio hall de entrada, un gran espacio público - y de representación pública - de la escuela, con auditorios y salas de exposición.
"Lo que hicimos con este edificio fue unir todos los niveles [de la escuela] garantizando [a través de él], todas las circulaciones verticales y horizontales, tanto dentro de la universidad y como entre las plazas", explica, además, Manuel Aires Mateus.
Este edificio funciona, así, "tanto como espacio interior como el eje del rediseño de toda la envolvente exterior."
Al igual que en el resto de la ciudad vieja, en esta zona, los edificios más característicos tienen sótanos de piedra arenisca y ladrillo en sus fachadas. El proyecto de ley prevé que las nuevas construcciones las extingan, con el fin de poner de relieve estas características esenciales de la pre-existencia: "Queremos ver el edificio lo más neutral posible, que se deje ver apenas un telón de fondo. Estamos interesados en la idea de la memoria y, sobre todo, queremos trabajar la arquitectura no sólo como un medio, sino principalmente como espacio".
Esta es otra de las lecciones - construir menos, aprovechar lo que ya existe: "Ha sido uno de los retos: con una sola construcción no sólo funcionalizamos todos los edificios, si no que rediseñamos el espacio público."
En la fase final de la licitación internacional llegaron cinco candidatos. El diseño de los hermanos Mateo ganó contra las propuestas de talleres franceses y belgas como Lacaton & Vassal y Robbrecht en Daem.
Vía P3
