LIGA, Espacio para Arquitectura, DF es una plataforma independiente y pionera para exposiciones de arquitectura, conferencias y talleres basada en la Ciudad de México y hasta mayo estará disponible la intervención que realizó el arquitecto argentino Diego Arraigada para ese lugar.
Su intervención parte de uno de los elementos más característicos de la galería: las dos aperturas horizontales que la conectan con su entorno urbano. A través de una escueta estructura de metal que une las aristas interiores de ambas ventanas, el arquitecto establece un cortocircuito espacial, volviendo innecesario el cristal que separa el espacio expositivo de la ciudad misma. Como si de un ingenioso constructo Escheriano se tratase, la fachada del edificio se repliega en su interior y arroja nuestra mirada de nuevo hacia la calle.
Dependiendo del punto de vista, el ambiguo artilugio colgado entre ambas paredes de mampostería, puede parecer al mismo tiempo un túnel o un puente, espacio u objeto: una banda de Moebius que confunde lo que es interior y lo que es exterior. Así, a través de una arquitectura sobria y directa que se manifiesta a partir de unas condiciones específicas, Arraigada perfora el edificio y pone en tela de juicio uno de los argumentos básicos de la arquitectura: la definición de un adentro y un afuera.
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Texto de Mark Lee: Mirar afuera
Un hagioscopio es una apertura arquitectónica oblicua hecha en una pared o columna del presbiterio de una iglesia para permitir que los fieles, o quienes no pueden ver el altar, logren ver a quien predica la misa. Llamados squint en Inglaterra, los hagioscopios también se conocían como “ventanas para leprosos” pues la apertura en la pared externa permitía que los leprosos y otros marginados pudieran ver la misa sin entrar en contacto con el resto de la congregación. Un hagioscopio, a diferencia de las ventanas que permiten el paso de la luz, el aire y los sonidos, tiene la única función de permitir que el excluido pueda ver.
La instalación de Diego Arraigada en LIGA titulada Mirar Adentro, Mirar Afuera es una continuación del linaje arquitectónico del hagioscopio arquitectónico. Principalmente consiste en un cuerpo hueco que conecta las dos ventanas existentes a través de la esquina interior de la galería; su forma trapezoidal y facetada es el resultado de la negociación entre las ventanas. Por fuera, la pieza transforma la esquina exterior mediante la eliminación del cristal y la creación de una superficie lisa y continua que introduce las superficies de ambas fachadas exteriores hacia el interior del nuevo vano. Mirado desde la calle,éste lleva la mirada hacia el interior y de nuevo hacia fuera. Como el efecto que genera una botella de Klein o una banda de Moebius, el acto de mirar desde afuera hacia adentro, sólo para mirar hacia fuera de nuevo, produce un cortocircuito en la lógica de la típica apertura arquitectónica. En contraste con el exterior, las superficies del nuevo cuerpo dentro de la galería parecen ser irregulares y discontinuas. Como una versión invertida de la arquitectura brutalista, la estructura interior es la que se deja expuesta e inconclusa, como la parte trasera de una escenografía: los apuntalamientos y bambalinas interiores (que hacen posible el efecto exterior abstracto) se dejan tal como son.
Considerando que un hagioscopio tradicional opera bajo el supuesto de una marcada separación –ya sea por razones sociales o estructurales–, Mirar Adentro, Mirar Afuera genera, simultáneamente, la separación que intenta anular: al negar la función primigenia de las ventanas como la conexión entre el interior y el exterior, se crea un límite que divide los dos ámbitos. Sólo estableciendo esta separación puede surgir una nueva conexión: de afuera hacia adentro y de nuevo hacia fuera. La instalación reinventa el hagioscopio logrando al mismo tiempo la separación y la conexión con un movimiento único y definitivo.
Al mismo tiempo que gran parte de recientes investigaciones en diseño sondea sobre la disolución de los límites, la conmovedoramente simple instalación de Diego Arraigada en LIGA es un amable recordatorio de que a veces las investigaciones más innovadoras se logran con los recursos arquitectónicos más tradicionales.
Biografía de Diego Arraigada
Diego Arraigada es Arquitecto graduado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina en 1999 y Magister en Arquitectura graduado en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos, en 2003. En 2005 establece su estudio profesional en Rosario y actualmente es profesor en la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Torcuato Di Tella en Argentina. Obtuvo el Premio Fundación Arquitectónica para Jóvenes Arquitectos en 1999, la Beca Fulbright en el año 2001, la Medalla de Plata en la XII Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires en 2009, el Architectural Review Award en 2009 y fue seleccionado para representar a Argentina en la II Bienal de Arquitectura Latinoamericana en Pamplona, España, en 2011.
Sus trabajos han sido exhibidos en diversas muestras internacionales, entre las que se destacan Breaking Borders Exhibition (Pratt Institute, Nueva York, 2011); Past, Present, Future (UCLA, Los Angeles, 2010); Post Post Post (Centro Cultural de España en Buenos Aires, 2010); Exhibición Nueva Arquitectura Argentina (XIII CLEFA, Buenos Aires, 2009) y la 13ª Bienal de Arquitectura de Venecia (2012). Sus trabajos han sido publicados en editoriales y revistas especializadas como Summa+, PLOT, Taschen Houses Now, A+U, GA, Interni, The Plan, Ottagono, Mark, Azure, Architectural Review, Architektur Aktuell, Arquitectura Viva o ARQ Chile, entre otras.