-
Arquitectos: Carlos Gilardi
- Área: 421 m²
- Año: 2013
-
Fotografías:Antonio López Espada
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Hay formas que sólo se pueden diseñar una vez, que cuando se llevan del papel a la realidad se convierten en obras maestras. Es el caso de esta propiedad, nacida de la ambición de un proyecto que buscó desde el principio coronar un entorno privilegiado.
La experiencia de alzarse sobre el mundo la vivimos cuando nos asomamos a través de sus amplios ventanales. Los espacios interiores quedan envueltos por grandes superficies acristaladas corredizas, lo que consigue que las zonas más nobles se unan con las terrazas y la piscina, acercándolas también al paraje natural exterior: la cima de la urbanización Toix-Mascarat.
Esto permite disfrutar de unas vistas incomparables hacia el sur, con una panorámica de la Bahía de Altea y el Mar Mediterráneo de fondo, ya sea desde sus amplias terrazas, a través de sus enormes ventanales, en cualquiera de sus jardines naturales, desde la piscina de horizonte infinito o desde un mirador de excepción: el jacuzzi de la planta alta.
Su estilo moderno se plasma en un diseño que resulta de la unión perfecta de líneas rectas y sobrias. El arquitecto se basa en ellas para crear cada volumen del conjunto, consiguiendo un perfecto equilibrio entre la excelente estética y la mejor funcionalidad.
Se distribuye en tres plantas. En la de acceso encontramos un amplio aparcamiento cubierto y, ya en el interior, tres dormitorios, todos con baño y acceso a terraza cubierta y al jardín. Dos de estos baños aprovechan la luz de la piscina, situada en el nivel superior de la vivienda, para iluminarse.
Subimos a la planta principal, en el ascensor o por las escaleras, donde nos recibe el amplísimo salón con chimenea y con la moderna cocina de la firma Santos al fondo. Dos jardines japoneses custodian esta planta, hacen las veces de claraboya y la dotan de un ambiente en el que dominan la paz y la tranquilidad. En el exterior, la terraza apergolada sirve de antesala a la piscina, perpendicular a la fachada y de horizonte infinito, que permite fundir el azul de sus aguas con el color del mar que tiene frente a ella, un verdadero lujo para la vista.
Seguimos ascendiendo y llegamos a la planta alta, en la que nos aguarda el dormitorio principal, con un espectacular vestidor. El baño, separado por una gran mampara fija y al que se accede por otra deslizante, cuenta con una bañera de hidromasaje que se asoma a la bahía y al mar, más aún si deslizamos los ventanales y lo dejamos al aire libre. Un solarium de 35 m2 y un jardín de 70 completan la planta superior de La Perla del Mediterráneo.