El pasado jueves 6 de febrero se dio a conocer el fallo final de la convocatoria para el envío uruguayo a la XIV Bienal de Venecia. El tribunal seleccionó la propuesta titulada La Aldea Feliz.
A continuación, los invitamos a revisar más sobre la propuesta seleccionada para la XIV Bienal de Venecia a cargo de los arquitectos Emilio Nisivoccia, Martín Craciun, Jorge Gambini, Santiago Medero y Mary Méndez.
Descripción de los arquitectos. El trabajo de la curaduría se puede resumir en dos operaciones: la primera, la construcción de una hipótesis histórico-crítica y su despliegue a través del conjunto de episodios que forman el catálogo; la segunda, la instalación de una muestra capaz de proponer al visitante una experiencia –un aquí y ahora- coherente con el punto anterior. Es decir, coherente con el carácter de “construcción”. Por eso la muestra no presenta una versión olímpica y definitiva de la Historia de la Arquitectura en el Uruguay de la Modernización sino una exploración bien documentada de algunos episodios concretos. El visitante no accede al panóptico del conocimiento -ni a su ficción- sino por el contrario, está invitado a hurgar libremente dentro de un laberinto hecho de historias y documentos. Puede revolver fotografías, explorar maquetas, hojear láminas y revistas, contemplar cortos cinematográficos o ingresar a una plataforma digital llena de ramificaciones.
La muestra es un archivo con distintos niveles de elaboración desplegado en el espacio, un material que abarca desde el documento a la interpretación. El hilo conductor de la muestra lo asume el catálogo. La propuesta reivindica la necesidad de construir textos histórico-críticos que respondan de forma clara a la invitación de la curaduría general, contribuyendo a la divulgación de la experiencia modernizadora en Uruguay y aportando a la discusión sobre dichos procesos en el frente interno y global.
Respecto al catálogo, este busca lograr una integración fluida con la muestra contando con la contribución de asesores como Francisco Liernur (Buenos Aires) y Patricio del Real (New York).
El montaje va concebido como un único archivo hecho de materiales y escalas diferentes desplegado en el espacio del pabellón. En términos generales la propuesta puede describirse a partir de tres zonas conectadas, aunque claramente definidas. La primera es la esclusa a la entrada, la presentación de la muestra.
En la esclusa van colocados:
- Títulos y créditos.
- Monitor LCD con un video similar al exhibido en el Salón de Actos.
- Texto introductorio en tres idiomas con fotografías de presentación.
La segunda zona está poblada de estanterías metálicas dispuestas sobre una trama ortogonal. En las estanterías se colocarán grupos de objetos:
- Diez maquetas de base 40 centímetros realizadas por el Laboratorio de Fabricación Digital, bajo supervisión de Marcelo Payssé.
- Una pequeña biblioteca de libros y revistas procedentes de colecciones particulares.
- Fotografías, postales, folletos y objetos tridimensionales.
La idea de este segundo grupo consiste en ofrecer al público una pequeña muestra de documentos –originales aunque con escaso valor de mercado- y a la vez construir un filtro espacial. La zona tres está formada por una gran mesa que permite al visitante entrar en contacto con un archivo de planos, dibujos y fotografías, ingresando a través de un libro similar al catálogo de la muestra.
En la mesa van dispuestos cuatro puestos de acceso y cada uno de ellos está equipado con un libro A3, una pantalla LED, un sensor leap motion, una cámara Web y una lámpara de brazo. El libro A3 contiene la misma información del catálogo. Cuando el visitante se detiene sobre una página cualquiera, la cámara Web transmite la información a la pantalla y ésta despliega un menú de opciones. El visitante puede ingresar al menú con un simple gesto captado y trasmitido al instante por el dispositivo leap motion.
La base de datos amplía notablemente el contenido gráfico del catálogo y ofrece la posibilidad de explorar geometrales, fotografías y dibujos de las obras analizadas siguiendo itinerarios variados y flexibles. La mesa digital busca reproducir en un formato transportable, relativamente barato, de fácil acceso y con una interfase blanda, la experiencia del manejo de un archivo tal y como lo sugería el video de la presentación pública.
La construcción de la mesa y de los dispositivos informáticos estará a cargo de la firma Jmac Garín (Súbito) con sede en Montevideo y Madrid. Esto permite evitar traslados costosos y volver a montar la muestra en Uruguay sin pérdida de calidad.