Partimos de una premisa fundamental: los edificios ocupan sólo una fracción de la tierra en las ciudades. Tan importante como las estructuras físicas, son los espacios públicos que aparecen en medio de lo construído.
En muchas ciudades desde hace mucho tiempo se ha hecho caso omiso de estos espacios. Hoy, sin embargo, estamos asistiendo a la experimentación audaz e innovadora en urbes de todo el mundo: ciudades reutilizando y re -imaginando sus espacios infrautilizados con el fin de beneficiar a las comunidades y transformar su calidad de vida. Sigue leyendo después del salto.
La iniciativa Cities as a Lab: Designing the Innovation Economy explora el papel que las ciudades están jugando actualmente, como líderes en la innovación y la visión de futuro a través de una gama de opciones políticas y de diseño.
Consideremos por ejemplo, el caso de Medellín, Colombia. Durante muchos años Medellín fue vista como una de las ciudades más peligrosas del mundo. Los líderes de la ciudad sabían que tenía mucho más que ofrecer que lo que se estaba mostrando al resto del mundo... pero, ¿cómo iban a cambiar la reputación de un lugar que alguna vez registró más de 3.000 asesinatos en un año?
A través de esfuerzos innovadores centrados en su posicionamiento y la creación de un animado espacio público, Medellín ha demostrado cómo la mejor comprensión del valor del espacio público -y lo poderoso que es el hecho de reunir a sus habitantes en esos lugares-, puede convertir las ciudades más violentas en vibrantes comunidades.
La "nueva" ciudad de Medellín se inició mediante el establecimiento de soluciones políticas que se centran en la revitalización de las zonas más pobres de la ciudad. Nuevos enlaces de tránsito fueron diseñados para conectar los barrios marginales en las laderas con las fuentes de trabajo más abajo. Debido a que las colinas eran demasiado empinadas para un autobús de tránsito rápido, teleféricos y escaleras mecánicas se instalaron para entregar creativas soluciones de transporte para sus residentes.
El ex alcalde de la ciudad, Sergio Fajardo, impulsó estos y muchos otros programas, algunos de los cuales utilizan un diseño arquitectónico sorprendente, desarrollado principalmente por oficinas locales para generar un fuerte sentido de pertenencia. Terminales de tránsito, bibliotecas y centros deportivos fueron mejorados y construidos con diseños mirando al futuro. La iniciativa del alcalde Fajardo, "Arquitectura como un Programa Social", capturó el objetivo general de crear una arquitectura de transformación, en base a espacios abiertos pensados especialmente para los residentes de la ciudad y al mismo tiempo, apuntar a un mayor crecimiento económico.
A pesar de que todos sus problemas no han sido resueltos, Medellín ha experimentado una notable transformación, recibiendo recientemente el premio Wall Street Journal/ULI/CITI City of the Year award para la ciudad más innovadora.
Pero no es necesaria la transformación de una ciudad completa, ya que incluso los proyectos de pequeña escala pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, Katherine Darnstadt de AIA, fundadora de Latent Design, ha trabajado con Alex Gilliam de Public Workshop, para capacitar a 11 adolescentes para mejorar un terreno baldío en el sur de Chicago, Estados Unidos. A través de la aplicación del diseño y la ciencia, estos jóvenes fueron capaces de crear una zona de juegos pacífica e imaginativa para los niños del barrio. El campamento de verano Femme 2 STEM fue la plataforma para lograr esta transformación, pero el pensamiento de diseño fue el impulso para que esto finalmente se llevara a la realidad.
Durante un período de dos semanas, los participantes visitaron el lugar colaborando con otros jóvenes y reuniendo las ideas de los transeúntes para tener una mayor participación de la comunidad. Midieron, probaron, diseñaron y construyeron el proyecto “Climb, Jump, Leap, Imagine”, que incluye una cuerda, una caja de arena y una cubierta.
Los miembros de la comunidad se unieron y pasaron la noche ayudando, entregando donaciones e incluso limpiando el terreno. El resultado de este proyecto fue un espacio comunitario construido por la comunidad para la comunidad. El diseño fue el hilo conductor de todo el proceso, pero las personas lo hicieron posible. Las relaciones que las personas establecen entre ellas y con su entorno, son las que hacen que las ciudades funcionen.
Las oportunidades y desafíos en las áreas urbanas son evidentes, pero la voluntad política y la participación de la comunidad pueden unirse en un crisol de innovación. Sólo de esta manera podemos crear espacios que sean incluyentes para todas las personas; donde la equidad social sea el impulso y no tán sólo una meta. Es así como la arquitectura puede ir más allá de la construcción y puede transformar los paisajes urbanos para mejorar la vida de las personas y la comunidad en su conjunto.
Brooks Rainwater es el Director de Políticas Públicas del Instituo Americano de Arquitectos. Brooks lidera los programas de Políticas Públicas de la AIA, centrados en las ciudades, la sostenibilidad y la salud. Como firme defensor de las ciudades vibrantes y exitosas, Brooks habla y escribe frecuentemente sobre el tema, y es el autor principal de Local Leaders, una serie nacional de investigación que examina las comunidades sostenibles, habitables y saludables. Pueden seguir a Brooks en su twitter @CitizenAIA