Quimérico, ilusorio, legendario. Así se muestra ante los ojos del visitante el trabajo de J. Powers Bowman. Sus dibujos, como si de un palimpsesto ilustrado se tratase, generan paisajes y ciudades fantásticas, recicladas de sus propias obras.
Como un manuscrito que todavía conserva huellas de otra escritura anterior, pero borradas expresamente para dar lugar a una nueva obra, Bowman crea colaboraciones consigo mismo. Así, combinando elementos de complicados de paisajes marítimos, urbanos, rurales, aéreos, etc, crea patrones que son dibujados, borrados, recortados, fotocopiados, repetidos y reconstruidos de nuevo.
El complejo e impactante resultado es casi obra de un malabarista visual que se niega a mostrar estos paisajes inventados desde la estaticidad y rigidez de una única visión, huyendo de la verdad absoluta para situarse en el absurdo, en la utopía irrealizable.
Esta incubación y mutación de su obra regala un sinfín de variaciones en blanco y negro, punteadas, ralladas, sombreadas, obsesivamente detalladas, que se distorsionarán según la distancia entre el observador y la obra.
Así, estas fantasías compuestas por barcos, molinos de viento, rascacielos, edificaciones medievales, cohetes espaciales, mares embravecidos, antenas parabólicas y frondosos bosques, se desfiguran en la distancia, desaparecen los detalles, hasta convertirse en una masa irreconocible, ingenua, y casi mítica que cuestiona la cordura del espectador.
J. Powers Bowman difunde su obra a través de Flickr, y podéis visitarla aquí.