Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este proyecto pertenece a una serie en la que se indaga en una masividad liberadora del espacio y que convierte en protagonista a aquello que “no se hace”. Ese “espacio en blanco”, en forma de patios, sustracciones o vacíos, articula todo el edificio. La luz se administra mediante aberturas indirectas y singulares. La estructura se resuelve con grandes elementos superficiales, que se manifiestan como cerramiento. Gracias a ésta acumulación de masa portante se liberan grandes paños de fachada, con los que gestionar sombras y transparencias de singular valor plástico. El hormigón, en color negro, permite conseguir la pretendida continuidad sobre la que abrir huecos significativos.
El edificio ocupa extensivamente un solar triangular de geometría muy pronunciada, en un entorno de grandes bloques residenciales. Se implanta en él una geometría ortogonal de una sola planta, articulando un conjunto con distintas trazas y alturas en el que se general espacios intersticiales que remiten a la geometría del solar.
La combinación de volúmenes edificados y espacios abiertos,- a modo de patios y plazas- aprovecha los plataneros y las acacias existentes en el viario de alrededor, generando distintos grados de relación en continuidad entre los espacios interiores y los exteriores, primando la introspección del centro, protegiendo las aulas del ruido de los coches, beneficiándose de las sombras generadas por los ciclos anuales de foliación… Exteriores compactos que contrastan con un interior transparente y denso, horadado por luces diagonales y horizontales.
A través de un gran zaguán horadado en la cara norte del conjunto, se concatenan el acceso, el vestíbulo y los espacios de cafetería y usos múltiples, organizando a su alrededor el ala de aulas, el espacio de fisioterapia y el ala de administración de modo que se optimice su exposición solar en un clima extremo como el de León.
El proyecto plantea una economía de medios en la que se combina el hormigón visto, el policarbonato y el vidrio, dispuestos constructivamente de modo que se potencien planteamientos de ahorro pasivo de energía. El contraste cromático del hormigón texturado y teñido de negro y los materiales plásticos de color fucsia, como seña de identidad del edificio, contribuyen a una imagen urbana singular al tiempo que se tamiza la luz creando distintos efectos en el interior.