La ciudad de Chicago se encuentra actualmente celebrando el aniversario del primer centenario del nuevo Plan para Chicago que impulsara en su momento Daniel Burnham.
Para la conmemoración, la ciudad entre otros cosas ha encargado la construcción de 2 pabellones, uno de ellos a UNStudio y el otro a Zaha Hadid, publicado recientemente en Plataforma Arquitectura (click aquí). Estos se encuentran localizados en el Millenium Park, un importante parque en Chicago donde tienen cabida importantes obras de arquitectura e interesantes instalaciones artísticas, todas ellas para el goce de los ciudadanos.
Tuve la suerte de poder visitar y fotografiar el recientemente inaugurado pabellón de UNStudio, lamentablemente el pabellón de Zaha no alcanzó a estar completado para la fecha en que estuve en Chicago.
El incendio de Chicago destruyó hace un siglo la ciudad por completo, generando un desastre urbano total. Lo interesante es que Burnham vió ello no sólo como una catástrofe, sino como una oportunidad para hacer de Chicago una gran ciudad a nivel mundial, entendiendo que a partir de una importante planificación y buena arquitectura se podrían lograr los objetivos. Después de cien años podemos constatar que Chicago si es una gran ciudad y no sólo eso, sino que un excelente ejemplo de buena arquitectura, influyendo en el skyline de la mayoría de las grandes ciudades del mundo.
Volviendo al pabellón de UNStudio, en palabras de los propios autores “… el pabellón refleja la diversidad de contextos, programas y escalas urbanas de Chicago. Se trata de un objeto escultórico y llamativo, que invita a las personas a explorarlo, recorrerlo y observarlo”
El pabellón en sí mismo es una escultura que se posa en el parque, sin embargo, logra que gente de todas las edades se acerca a observarlo, recorrerlo, explorarlo y disfrutarlo.
Destaca la plasticidad y fluidez de las formas, donde piso, muros y cielo se convierten un una única realidad, donde tienden a desaparecer sus límites, y al mismo tiempo, las diferentes perforaciones editan diferentes vistas de los rascacielos y del skyline de Chicago.
Un aspecto interesante son los cambios que va teniendo el pabellón en la medida en que va cambiando su iluminación, así aparece una atmósfersa blanca, verdosa, azulina, magenta, amarilla y algunas combinaciones de colores, lo cual lo transforma en un objeto todavía más llamativo y atractivo durante la noche.
Finalmente una obra carente de programa, se vuelve una pieza relevante, una excusa de detención para los peatones, un parque de juegos para los niños, un lugar impresionante para los adultos, el reflejo y mensaje de que su ciudad, Chicago, es una ciudad de nivel mundial.
El resto de las fotografías del pabellón:
