Opinión: Panorama chileno

Desde hace algún tiempo se han instalado nuevas discusiones y temas de debate en el panorama chileno de arquitectura. El debate de ha centrado en movimientos ciudadanos, participación, preocupación por el patrimonio, el desarrollo inmobiliario o el rol del Estado en el desarrollo y promoción de la arquitectura pública. Lo anterior representa un avance fundamental en la complejización de tópicos a debatir y sobre todo a hacerse cargo, pero al mismo tiempo, ha generado una suerte de desprecio por aquellos proyectos, que por su condición, no responden a estos temas contingentes, como sería el desarrollo de segundas viviendas o infraestructuras en torno al turismo, por considerarse que benefician sólo a unos pocos.

La preocupación por temas de contingencia, hablan de una sociedad y arquitectos más maduros, que miran el panorama a mediano y largo plazo, entendiendo que un “buen nivel individual” debe ser capaz de traducirse en una buena calidad colectiva, que es la principal deuda de la arquitectura en Chile.

Este hecho debería ser entendido como una apertura de temas en el horizonte de la discusión, los que se deben sumar (quizás con una preponderancia mayor) a los ya existentes, pero de ninguna manera anularlos o despreciarlos. Todo encargo de arquitectura es importante, más allá de su condición, presupuesto o destino, y representa una oportunidad y una responsabilidad para quien lo desarrolla.

La segunda vivienda por ejemplo, ha sido considerada en el último tiempo, un tópico no importante o relevante para la discusión, por beneficiar sólo a unos pocos. No debemos olvidarnos un importante desarrollo de arquitectura en Chile en los últimos 20 años y de los propios arquitectos ha comenzado en ese lugar. Arquitectos que iniciaron sus carreras con segundas casas, 10 o 15 años más tarde se encuentran realizando edificios públicos, edificios universitarios o viviendas de interés social.

La arquitectura es una carrera de largo aliento, se debe comenzar desde abajo, desarrollando proyectos pequeños e irrelevantes, que permitan adquirir experiencia y oficio, que sean la puerta a encargos cada vez más relevantes. No puede pretender un arquitecto de 30 o 40 años con escasa obra o experiencia en construcción, desarrollar un encargo de interés público.

Finalmente no basta solamente con colocar o debatir temas, si detrás de estas discusiones no existe una postura y línea de acción que vaya en pos de la ejecución de dichas políticas. Las discusiones deben dejar de ser sólo discusiones y convertirse en proyectos.

Sobre este autor/a
Cita: Guillermo Hevia García. "Opinión: Panorama chileno" 30 nov 2012. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/02-212110/opinion-panorama> ISSN 0719-8914

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