Descripción enviada por el equipo del proyecto. Desde hace algunos años la arquitectura en Mendoza ha ido tomando otro rumbo. Se ha redescubierto una mirada panorámica, hacia los cerros que envuelven a la provincia, sus montañas y paisajes tan majestuosos. La elección de vivir en el piedemonte permite poder disfrutar del silencio y de la tranquilidad de la naturaleza que muchas veces se pierde en la ciudad por el ritmo de vida.
Esta construcción se pensó a través de distintos conceptos para poder utilizar todos sus componentes y llegar a un producto terminado. Una casa amplia, cómoda y donde cada integrante de la familia puede convivir en su espacio bien identificado y delimitado. Con una vista maravillosa, en una zona residencial frente a la Cordillera de Los Andes, la casa logra captar la luminosidad y el paisaje en una integración única.
La fachada de esta vivienda consiste en volúmenes rectangulares entrelazados entre si para de esta manera, captar la mejor vista, crear líneas de luz en pasillos y escaleras dentro de la casa. Estos volúmenes tan perceptibles en la obra, permiten la variedad de dimensiones en cuanto a altura y posición haciendo más notorias las fachadas propias. Además, un tema básico en este proyecto y con el que se contó desde el primer momento, es la relación ambigua que existe entre interior y exterior, o sea, el interior no es solo un paisaje cerrado, sino que se relaciona con el paisaje exterior formando una solo línea visible. Un recorrido que se experimenta a través del movimiento. Por otro, su ubicación privilegiada en una esquina del Barrio Pueyrredón, el espacioso terreno donde se construyó la vivienda, y la doble altura de la obra, privilegia el aislamiento necesario para que la vista con la que cuenta no se vea interrumpida por los tejados vecinos.
Funcionalmente la casa cuenta con tres dormitorios, todos en suite ubicados en la planta alta de la casa enriquecidos con balcones y terrazas perimetrales. Y en la planta baja se encuentran los espacios que permiten la sociabilidad de la familia y los servicios necesarios para convivir. La comunicación espacial entre planta alta y baja está delimitada por una escalera de madera que accede a un deslizamiento ligero y transparente.
El espacio unificado del comedor y estar diario, brinda comodidad y se identifica con el espíritu joven y actual de los integrantes de la familia. El mobiliario responde a las necesidades y al confort de una familia que disfruta de la relación con la naturaleza. La decoración y el diseño de interior y mobiliario, pensado y realizado también por el estudio de Arquitectos Clement y Rico, posee pocos adornos decorativos, ajustándose a un concepto minimalista que refleja y describe a sus propietarios.