Arquitectos: Hampton+Rivoira+Arquitectos Ubicación: Ruta 25, km. 700, Escobar, Provincia de Buenos Aires. Argentina Arquitectos A Cargo: Jorge Hampton, Emilio Rivoira Arquitecto Asociado: Cristian Carnicer Equipo De Diseño: Roberto Lombardi, María Eugenia García Castera, María Eugenia Viña Raznovich, Juan Reartes, Ignacio Ruiz Orrico, Diego Tablada, Emilia Alvarado, Anahi Fedrizzi Año Proyecto: 2009 Fotografías: Jorge Hampton, Emilio Rivoira, Fernando Mayán, Fundación Temaikén
Área Proyecto: 7500.0 m2 Dirección de obra: Claudio Marquet Asesor estructuras hormigón y fundaciones: Roberto Merega Asesor estructuras metálicas: Daniel Isola, Jorge Hellhake. Instalación eléctrica: Edgardo Sequeyra Instalación termomecánica: Marcelo Caramé Instalación sanitaria y gas: Carlos Oneto Cliente: Fundación Temaikén Superficie Terreno: 3ha
Para este proyecto de Lugar de las Aves, el estudio Hampton+Rivoira+arquitectos ganó el concurso de antecedentes y croquis preliminares a partir de un programa especifico en el Bioparque Temaikén, en Argentina, orientado a desarrollar un parque temático con aves de todo el mundo. Este programa enfatizó un concepto de inmersión total del visitante en los aviarios, divididos estos por regiones continentales. El nuevo Lugar de la Aves debía reemplazar el conjunto existente de dispersas jaulas menores.
Uno de los desafíos a los que se enfrentaron los arquitectos como proyectistas fue la identificación de la tecnología justa para una demanda tan específica: materializar la contención “invisible” de centenares de pájaros.
Este ejercicio situó a los arquitectos frente al sutil dilema de la tensión. La demanda de cubrir casi una hectárea del hábitat de los pájaros con una red y un sistema de arcos portantes, que relativizan su presencia visual, les situó ante la escala tecnológica de encontrar un sistema de tensión y transferencia de cargas a partir de elementos industrializados ligeros, con geometrías obvias pero complejas. En la mesa de dimensionado y cálculo de estos componentes tecnológicos no habituales estuvo presente la tensión entre la razón y la intuición, como siempre balanceada con el rigor aparente del cálculo y el acierto imprevisto del lápiz.
Cada especie, más de 250, ocupa su propio estrato espacial desde el plano acuático, el rastrero, el de vuelo bajo aleatorio o el de vuelo alto circular. Así, en función de estas particularidades, se definieron dimensiones de las distintas jaulas, sus conectividades, relación entre áreas de servicio y áreas públicas y la ambientación de los ecosistemas. El recorrido de los senderos interiores de los aviarios suma aproximadamente 4500 metros lineales.
El Gran Aviario es la estructura de mayor envergadura, visible desde las rutas de acceso. Configura una sucesión de arcos dobles en su parte central de 12 metros de altura y 30 metros de luz estructural y arcos rebajados en los angostamientos generando así tres áreas de 900 m2 cada una. El cerramiento es una malla de acero inoxidable de 25 mm2 de trama. Todo este área se desarrolla sobre un plano inclinado hacia el lago central. Así, los recorridos de los visitantes ascienden y descienden en función de la topografía y las visuales limitadas dentro de los distintos ambientes.
En los aviarios hay plataformas de observación, sectores acuáticos, puentes, cataratas “velo de novia” y hasta un área de libación de picaflores. La transición a prueba de pájaros entre las jaulas se resuelve con cilindros de madera y doble cortinas de cadenas para evitar el turismo intercontinental de los pájaros.
“Hemos recorrido aquí una lección, en un proceso intenso y prolongado. Algunos ejercicios de diseño y construcción, por su propia especificidad tecnológica y demanda programática, son largos, intrincados, y sujetos a la prueba y el error. Así fue este dinámico proceso, acompañado siempre desde el lugar de la empatía creativa entre especialistas y realizadores con un objetivo estimulante y superador.”