Durante la semana pasada les presentamos la propuesta ganadora del YAP_Constructo 2012, iniciativa que es parte del Young Architect Program impulsado por el MoMA PS1 y que tiene por objetivo dar a conocer el talento de jóvenes arquitectos. En Chile este prograrma existe desde el 2010 y es llevado a cabo por Constructo.
Hoy queremos presentarles las propuestas de las oficinas finalistas de esta versión. Como finalistas se encuentran Pedro Pedraza, Nicolás Norero, Guillermo Hevia García + Nicolás Urzúa y Soffia & Rudolphy.
Mechanical Cloud es el nombre para una nube artificial que se llueve en la medida que el público hace uso de los juegos presentes en ella. Por medio de un sistema de transmisión y conversión de energía cinética, generada en el movimiento de ruedas de juego, las que operan también como mobiliario, se activan las válvulas de control de agua de una red subterránea que tiene salidas en aspersores ubicados en la parte alta de los pilares de la estructura.
Según la cantidad e intensidad de uso de estos juegos, la nube reaccionará de manera distinta, por puntos o áreas de riego, refrescando el lugar sólo en ocasiones en que se encuentren presentes usuarios activos. Esto apunta a la eficiencia del sistema, el que deja de operar sin público, o cuando pese a estar éste presente, se considere que no es necesario accionarlo.
La nube es también un gran sombreadero que organiza sus formas emulando la lógica de conformación de las nubes reales: irregulares por todos sus ángulos, sin una estructura geométrica evidente, pero de continuidad formal en trazos curvos que se vuelven sobre sí. Los postes metálicos, sobre la base de perfiles tubulares cerrados, ubicados como puntos fijos, buscan evitar el desplazamiento por flexión de zunchos de acero, puesto a modo de guía, con fin de lograr curvas naturales asociadas a la resistencia del material. De esta forma la geometría del proyecto, y cada parte que compone a la estructura necesaria para trazarla, responde a la lógica de este material. De los zunchos cuelga un alma de malla raschel (gramaje variable entre 40 y 60%) que produce un juego de transparencias y sombras, emulando las nubes, y proyectando trazados geométricos a nivel de suelo que se asimilan a líneas de topografía.
Como puntos de confluencia y encuentro se localizan dos polos totalmente opuestos. Por una parte, y en uno de los extremos, una caja de arena, como citas a las condiciones de sequedad en que una nube se presenta como único referente del agua, entregando sombra. Por otra parte se ubica el estanque de agua que recoge la lluvia de la generada por la nube, como cita a las situaciones en que ésta actúa no sólo aportando sombra sino también por medio de la lluvia. Junto al estaque ubica una escalera que parece descender de la misma nube para recoger al visitante y permitirle subir por ella al único mirador del proyecto, con el fin de lograr una vista panorámica sobre el mar de niebla que supone la nube vista desde arriba.
Pero más allá de los aspectos formales, el concepto de convertir en un agente activo a los usuarios en el funcionamiento del proyecto busca una reflexión sobre las alternativas de desarrollo de los espacios públicos, hoy. Se entiende que el uso de dichos espacios siempre supone un gasto, el que se podría considerar, en muchos casos, hasta un lujo, si sumamos el hecho de que su principal propósito es para la actividad del ocio. Pensar en no gastar el espacio público con el uso sino que mejorarlo es posible si se aprovecha la energía empleada en las actividades de recreo y ocio para su mantención.
Finalista: Pedro Pedraza Projecto: Mechanical Cloud Equipo: Architecture Polivalente, Artes & Oficios, Nicolás Bowen, Cristián Morales, Diego Pereira Modelos: Eugenio Díaz, Magdalena Prieto Material Audiovisual: Simón Gallardo Prototypes: Iván Maluenda
Las plazas regalan una manera de ver la ciudad. En ellas tiene lugar un distanciamiento, un “otro lado”, desde el cual lo que vemos se presenta en completitud. Este proyecto se propone tocar ese vacío de las plazas, ser un retiro, un tiempo de ausencia desde donde reconocerse en la ciudad.
La idea de vacío como ausencia, en la arquitectura puede ser ejemplificada como el distanciamiento para ver, o el silencio para oír. Muy distante de la idea de lo deshabitado o desocupado, el vacío es una propiedad que se asemeja a la hospitalidad, a la posibilidad, a la disponibilidad. La presencia que adquiere un lugar vacío es en cierto sentido, como la de la naturaleza, en donde los fenómenos, relevados de protagonismo, se conciertan para consumar el más sincrónico de los actos. Una sinfonía de presencias que llamamos “Paisaje”.
Este proyecto es la construcción de un paisaje, de un espacio fenoménico. En él, se recogen sombras improbables, leves sonidos y aún más leves aromas, haciendo presente una curiosa naturalidad.
Cuando un lugar es despojado del hábito para el cual fue erguido, aún se queda a sí mismo. Su aparente in-completitud estrecha sus bordes con los del entorno. Se vuelve como una suerte de naufragio, cuyo sentido o propósito es en sí un “in-alcanzable”. “El inalcanzable” es un lugar sólo visitado por nuestras creencias”.
Finalista: Nicolás Norero Proyecto: Eclipse Equipo: Nicolás Norero, Juan Carlos López (architect), Francisca Navarro, Víctor Bustos, Karen Pradenas
Uno de los espacios más agradables de la arquitectura en Chile, por su cualidad de construir una atmósfera única, es el patio interior de las casas coloniales. La definición de un interior pone de manifiesto la necesidad de crear un espacio, frente a una naturaleza que no podemos dominar.
En la mitad de un parque público, el proyecto busca construir un espacio y experiencias innéditas, un interior inexistente en la inmensidad. Se busca definir una nueva atmósfera interior, con sombras que protegen del sol y espacialidades que arrojan aleros y galerías, las que se complementan con el uso de la teja cerámica y celosías de colihues, como los materiales que definen el proyecto.
Estas cualidades, propias de las buenas construcciones del Valle Central, adquieren una nueva belleza cuando están en un estado de ruina producto del paso del tiempo y los terremotos. Los muros desaparecen y los tejados dan paso a mantos y superficies irregulares, quebradas, caídas, torcidas, incompletas.
Esta atmósfera que define nuestras construcciones rurales es una oportunidad para trasladar al proyecto y compartir con los habitantes de la ciudad. El Patio interior es un lugar en el que puede pasar de todo. Sus perímetros y galerías lo contienen y generan una sombra bajo la que es agradable estar. Se propone este lugar como un patio de recreo con juegos típicos y mobiliario, donde se pueda jugar, descansar o estar.
La estrategia para definir la forma y atmósfera del proyecto es a partir de la lógica irregular de estas ruinas. Las tejas, que provienen de construcciones antiguas colapsadas del Valle Central, adquieren un nuevo uso y geometrías, los colihues son un material vegetal capaz de definir una atmosfera templada y cualificada por la luz filtrada. Una vez que hayan cumplido su vida en este proyecto, se destinarán a la reconstrucción de una pieza patrimonial en el Valle Central.
El agua cae hacia el patio desde los tejados, refrescando por todo el perímetro, llenando asequias y estanques.
Finalista: Guillermo Hevia García + Nicolás Urzúa Proyecto: Playground Equipo: Guillermo Hevia García, Nicolás Urzúa, Eduardo Carcavilla, Andrés Lira, Tomás Tironi
Proponemos un espacio en donde las esferas pública y privada se encuentren y queden ligeramente relacionadas. Un espacio público indeterminado e impreciso, formado por el entrelazamiento de un conjunto de situaciones tanto individuales como colectivas.
Estas relaciones entre lo público y lo privado quedan definidas a partir de un modelo ideológico que apela a la idea de un espacio espeso, compartido públicamente, donde la gente se reúne colectivamente, al tiempo que en las oquedades conviven de manera automática e independiente. Aparece entonces una grilla licuosa en el parque, constituida por elementos de color, translúcidos, indefinidos, donde las propiedades de transparencia y discontinuidad de sus elementos –sumados al predominio de un color cálido– terminan por generar una atmósfera etérea y ambigua que detona el interés e invita a la detención. Por su parte, el agua colabora en la construcción de esta atmósfera a través de sus diversas expresiones, incorporando la dimensión táctil a la experiencia sensorial en este espacio.
La principal característica del contexto físico en donde se emplaza el proyecto está dada por su gran extensión. De esta manera –y frente a un lugar neutro, genérico e isótropo, sin mayores tensiones espaciales– se apela a una intervención que a partir de su carácter concreto y su fuerte impacto visual, dé forma a un contexto completamente nuevo. Así la explanada es activada por un conjunto de elementos autónomos que tanto por su forma, movimiento y color, contrastan, estableciendo una formación que tensiona al entorno. Todos estos elementos –producidos como variaciones de un único módulo base– terminan por crear no sólo tensiones entre ellas, sino que también el poder cualificar al espacio que las reúne.
Cada una de estas piezas consta de tres muros de aire que separan los recorridos al interior de la formación de aquellos lugares destinados a la detención. Estos tubos son confeccionados a partir de la reutilización de productos de uso industrial de bajo costo. La altura de los muros –pero sobre todo la inclinación– arrojan las sombras necesarias para mejorar el confort térmico de todo el conjunto.
Finalista: Alejandro Soffia & Gabriel Rudolphy Proyecto: Liquid Pattern Equipo: Alejandro Soffia, Gabriel Rudolphy, Pablo Casals-Aguirre, Pedro Livni, Esteban Segovia, Leonardo Suárez, Diego Pinochet, Eduardo Fam