Arquitectos: Massimo Fiorido Associati Ubicación: Marina di Castagneto Carducci, Toscana, Italia Año Proyecto: 2008 Fotografías: Fabio Candido
El pinar de Marina di Castagneto Carducci se creó a principios del siglo pasado como resultado de un proceso de recuperación del cinturón de las dunas costeras. A finales de los años cincuenta, el arquitecto Giancarlo De Carlo elaboró de un plan de desarrollo urbano centrado en la presencia del paisaje, en el que los edificios están rodeados de dunas salpicadas de pinos, robles y arrayanes, conectados por caminos en medio de los árboles.
Los edificios construidos a lo largo de los años en el lugar reconocieron este contexto y se caracterizan por el uso de muros de piedra, con un fuerte carácter expresivo, pero muchos de ellos han sido abandonados o remodelados sin ningún orden.
Este es un proyecto de renovación de una casa de verano construida a mediados de los años sesenta. La mala calidad arquitectónica del edificio existente fue una oportunidad para reflexionar sobre la calidad del paisaje en el que el edificio se levanta: sobre una duna de arena rodeado de pinos ubicados en puntos singulares, a menudo muy cerca de los muros.
El proyecto plantea una doble perspectiva: por un lado la necesidad de encontrar una síntesis entre la naturaleza de la construcción -todavía por descubrir- y los valores morfológicos y el color del lugar donde se encuentra, además de la intención de generar un interior cómodo y eficiente. Todo esto se aplica especialmente en la modulación de la luz y las vistas, en la medida y la forma de los espacios, en la discreción de los materiales.
Un director longitudinal, a través de todo el edificio, permite encontrar una convergencia entre los dos aspectos operativos importantes: en primer lugar, la redefinición del espacio interior, que se traduce en una secuencia de habitaciones estrechamente relacionados entre sí y con el paisaje circundante, y en segundo lugar la identificación del carácter del edificio en una nueva morfología, al mismo tiempo natural y arquetípica, encontrando en el sedimento horizontal un carácter expresivo nuevo.
A partir de estos pensamientos se inició la remodelación de las aberturas en el edificio: casi todas diferentes, pero integradas, teniendo en cuenta la secuencia del interior y el equilibrio externo, la relación masa-perforación del edificio. La aparición de lo arquetípico en la intervención se manifiesta en su nueva morfología, en el que se destaca el techo de dos aguas y el material utilizado para el exterior, un mármol travertino, que permite leer la forma del edificio como resultado de una unidad de masa en consonancia con el paisaje a través de su color.
La gama limitada de materiales -mármol, yeso y madera de teca-, hace aparecer el bosque en el interior, destacándolo a través de las aberturas gracias a la simpleza de sus superficies.
