1er lugar – Jonathan Holmes, Martin Labbé, Carolina Portugueis, Osvaldo Spichiger
Como les conté en el post anterior, contacté a las oficinas seleccionadas en el Concurso Parque Cultural Valparaíso (en la ex Cárcel) y ya tenemos todos los proyectos para que los puedan ver.
Además, queremos incluir el resto de las propuestas presentadas. Para esto, tienen que subirlas a Flickr y agregarle el tag “pcv_concurso”.
Agradezco a las oficinas por enviarnos rápidamente el material completo de sus propuestas, el cual podrán encontrar a continuación:
Equipo Jonathan Holmes, Martin Labbé, Carolina Portugueis, Osvaldo Spichiger
Se plantea el encargo de Parque Cultural de Valparaíso como un espacio de integración tanto de las personas como del barrio. Esta idea de encargo como parque, se contrapone con la condición esencial del sitio, el de ser un plano amurallado; un claustro.
El principal problema arquitectónico del encargo surge entonces de esta contradicción; Como conciliar por una parte el claustro y por la otra, transformarlo en un espacio de integración.
Para esto se realizan las siguientes operaciones:
CORTE HORIZONTAL DEL MURO (horizonte de corte) Aprovechando la condición plana del sitio dentro de la pendiente de Valparaíso, se propone hacer un corte horizontal del muro, a partir del nivel exterior más alto de este. (en relación a la calle) Con esta operación se logra que desde el nivel interior del sitio, el muro mantenga una altura de 4.5 MT constante. Pero que desde el exterior se produzca un encuentro entre el nivel del muro y la topografía de la calle, generándose tanto por el oriente como por el poniente un acceso a nivel. Así, por una parte el sitio mantiene su situación de claustro interior, pero en su relación con el exterior se produce una integración con el barrio
CREACION DE UN PASEO PUBLICO / nivel +3.0 Una vez producido el encuentro entre los niveles, se plantea la creación de un paseo público que cruza el sitio en dirección oriente poniente y que genera un paso que integra el parque cultural con el sistema de paseos existentes en Valparaíso. (Paseo Atkinson, Paseo Gervasoni, Paseo Yugoslavo, etc.) Se crea una pieza conectora independiente y reconocible, tanto por su nivel, como por su materialidad, que cruza públicamente el centro cultural. Esta relaciona a su vez ambos lados del sitio, ambas quebradas y establece una relación nueva con el cerro Concepción (zona de conservación histórica). Con esta operación se establece un recorrido público nuevo que cruza el sitio y que se conecta con la red de pasos informales existentes por el lado poniente de la quebrada. Con esto se intensifican los recorridos existentes.
CREACION DE UN PLANO URBANO / nivel + 12.0 Extendiendo el nivel de la Calle Cárcel (calle superior de borde), se construye un plano de uso público, una explanada de estacionamientos y multiuso que establece un lugar nuevo para el barrio y una nueva relación con el parque y con el contexto geográfico. (Situación de montura entre las dos quebradas) Este plano introduce una nueva dirección dentro del sitio y le da forma nueva al claustro
Con estas operatorias lo que busca es multiplicar el espacio público en 3 niveles Consolidación del patio claustral a través de la creación de un parque excavado ( nivel 0.00). Construcción de un nuevo paseo para los cerros (nivel + 3.0) Construcción de una explanada para el barrio (nivel + 12.0)
Arquitectos
Patricio Mardones H. Juan Francisco Garcés E. Felipe Ortiz P. Pablo Ropert F.
Arquitecto Colaborador
Rocío Costa G
Esta propuesta reconoce y celebra la existencia de tres situaciones originales en la antigua cárcel:
I. Un gran espacio abierto.
II. Un muro con un paseo elevado.
III. Dos edificios.
A la manera de una gran explanada en altura, este espacio abierto en los cerros de Valparaíso es una presencia valiosa y escasa; una primera decisión es su mantención potenciando sus relaciones con la ciudad. Se trata de preservar un espacio exterior, amplio y flexible, que actuará como soporte de los dos edificios históricos y como escenario de actos públicos en un rango amplio de escalas. Se propone disponer una grilla regular de arranques en el pavimento, permitiendo instalaciones y montaje combinado de pilares, cubiertas ligeras con tomas de agua y electricidad para la realización de ferias o exposiciones.
El muro de la cárcel define una condición de interior que el proyecto intenta preservar. Se trata de valorizar el muro y al mismo tiempo moderar su hermetismo, abriendo perforaciones controladas y nuevos accesos desde los barrios colindantes. Elevado en su cornisa, un recorrido interior y público se instala sobre el existente, a modo de paseo panorámico perimetral: vincula el horizonte del mar y los cerros siendo al mismo tiempo un anillo de dominio sobre el interior del Parque Cultural. El recorrido comunica los accesos superiores al programa y atraviesa el antiguo pabellón de celdas donde se instalan salas intermedias, talleres para artistas y una gran galería de exposiciones.
Los edificios existentes se conservan como elementos singulares, identificándolos como estructuras significativas y únicas dentro del parque. Las nuevas edificaciones y los estacionamientos cubiertos desaparecen bajo un talud-parque que relaciona la cota más alta del muro perimetral y su recorrido con el nivel de la explanada; las construcciones propuestas se orientan a las calles perimetrales y posibilitan relaciones fluidas con el entorno urbano inmediato. El talud acentúa la definición espacial de la explanada y provee espacio para rellenos vegetales y arborización, generando un parque verde en suaves pendientes y con áreas de sol y sombra, en relación urbana con otras mesetas verdes como los cementerios cercanos.
oficina de arquitectura + Paisajes Emergentes
Colaboradores (Chile):Juan Carlos Lopez, Pablo Salas. Colaboradores (Colombia): Luis Tobon, Sebastian Monsalve, Farid Maya, Juan Esteban Gomez.
El edificio no es un objeto, es una sucesión constante de relaciones.
La morfología de Valparaíso es descontextualizada como geometría que permite crear una sucesión de espacios articulados por vacíos. Las relaciones entre estos son filtradas por el espacio no construido, estos vacíos son patios verdes , pequeñas zonas al aire libre independientes y opuestas a la gran plaza que lo separa de la cárcel.
Mientras la plaza es un gran espacio público para eventos masivos, los patios permiten propiciar manifestaciones culturales inherentes al programa del edificio de una manera más íntima y contenida. Los pequeños vacíos se transforman así en una proyección al aire libre del programa interno.
El PCV recupera dos instancias de miradores, uno en altura que vuelve a cargar de nuevos significados el circuito de vigilancia de la ex-cárcel con un paseo público permanentemente abierto, y un segundo mirador que es el resultado de la acción de eliminar el muro que acompaña a la galería de la ex-cárcel por calle cumming, abriendo y liberando en un acto poético, un vista privilegiada negada a los presos.
El edificio galería de la ex-cárcel a su vez se convierte en un lugar de expansión cultural, una dualidad opositora que vuelve a re significar el antiguo edificio.
Se proponen diferentes auditorios para diferentes instancias, uno cerrado más formal, abajo del acceso y vinculado con la biblioteca, otro en el nivel del mirador para activar la cubierta y aprovechar el auditorio abierto con la vista única de Valparaíso.
La galería de la ex -cárcel , también es reactivada en su interior con un escenario para eventos más informales, y por último la gran escalera de acceso, se convierte el una gradería para eventos espontáneos de creación artística.
CRITERIOS PAISAJISTICOS
Actualmente la cárcel se encuentra colonizada por gramíneas y vegetación espontánea
diseminadas por todo el terreno. Estas especies son nuevamente utilizadas en el diseño paisajístico simplemente realizando una aspersión de semillas y esporas para lograr una colonización relativamente espontánea en los patios y el mirador.
LATERAL Equipo: Sebastián Baraona, Sebastián Bravo, Loreto Figueroa, Christian Yutronic, Felipe Aranda (3D), Nicolás Olate (colaborador)
‘3 formas de re-significación de los límites (huellas) urbanos’ Siento que mi piel se ha vuelto demasiado fina y porosa y me digo a mí mismo: un día, el paisaje te atravesará (Pascal Quignard)
I. Los significados asociados a la ex Cárcel trascienden lo cultural y van más allá de lo patrimonial o de su nuevo uso como espacio público. La ex Cárcel es, hoy más que nunca, “argumento creativo” con un marcado carácter espontáneo de lo popular en constante producción. Por lo tanto el ejercicio de intervenir pasa necesariamente por un proceso de ‘resignificación’ de lo existente y por una pregunta ineludible: ¿ex Cárcel? ¿Parque Cultural? ¿Espacio Público? o ¿Espacio Patrimonial? El poder de nombrar nos coloca contra la pared cuando todo indica que debiéramos ante todo dar espacio a la espontaneidad, sin apellido, un lugar que permita que pasen cosas sin dirigir su resignificación. Por nuestra parte hemos decidido mantener el nombre que espontáneamente le han entregado sus usuarios temporales. Decir ‘Ex Cárcel’ es equivalente a decir ‘paisaje’, ‘patrimonio’ y ‘espacio público’. Pero también es equivalente a ciudad, a calle y a una caja de música que al abrirla nunca sabemos que melodía nos va a tocar.
II. La ciudad de Valparaíso y por lo tanto también la ex Cárcel son una plataforma radicalmente contemporánea y vital tanto para los artistas como para los espectadores y usuarios del centro histórico. Contrario a la lógica de la ciudad puerto y sus cerros la ex Cárcel se erige como un lugar ajeno a la trama urbana. Como un castillo, desde lo alto de una colina nos muestra sus muros en señal de lejanía. Todos sabemos de un interior maravilloso con jardines y vistas sobre el paisaje pero es necesario superar la barrera que nos han impuesto sus muros. Sin embargo, son estos mismos muros los que contienen este interior maravilloso y lo definen, como al interior de una caja llena de tesoros, sin la cual estos tesoros perderían toda su magia. La ex Cárcel esconde tras sus muros la imagen del enigma y la posibilidad subsiguiente de descifrar ese enigma. El hacerlo pasa necesariamente por una redefinición de sus límites y de la manera que tenemos de aproximarnos a ellos.
III. Los tesoros tienen que ser redescubiertos: la galería de triple altura, la gran explanada, el polvorín de 1800, el anillo de pasarelas perimetrales con vista maravillosa, las diferencias de nivel y su acceso ceremonial. Todos estos elementos son huellas dejadas por el tiempo en el paisaje urbano que es necesario redescubrir. Nuestro proyecto se ubica simplemente en el lugar que estas huellas no han ocupado, como una sutura que las une y relaciona de manera sutil. Un edificio contemporáneo en un sitio o proyecto existente es exitoso en la medida en que es capaz de realzar lo que lo rodea al mismo tiempo que se realza con lo que lo rodea. Nuestra propuesta se mueve dentro de los límites existentes (muros), traspasando la línea que separa el interior del exterior sólo para generar el evento magnífico que significa la vista hacia el paisaje por descubrir que nos deslumbra en un lugar donde no te lo esperabas. Sin embargo, las vistas no son sólo hacia el exterior sino que también hacia adentro, hacia el jardín, el patrimonio y la magia interna.
IV. Entendemos la tarea más importante de este proyecto en la redefinición de sus límites y en la resignificación de este notable espacio ‘disponible’ de Valparaíso. Lo entendemos como un vacío que debiera mantenerse como tal. La complejidad de colocar un Centro Cultural en un vacío y que este continúe vacío viene resuelto mediante un fácil truco, truco de magia, truco que consiste en construir en los bordes, en los límites. Pero los límites no son ahora los antiguos muros de la ex Cárcel sino que las dos “pasarelas mirador” que cruzan el sitio completando el recorrido de las pasarelas perimetrales y manteniendo un gran vacío central para el desarrollo espontáneo de las artes. Este vacío es habitado sólo por el polvorín, principal edificio patrimonial del conjunto. No queremos construir un edificio espectacular o crear un hito urbano, sino proponer un sistema hecho de fragmentos que pueda crecer de forma natural y que sea capaz de integrar otros edificios tanto existentes como nuevos. El principio es definir un nuevo ‘borde’, fino y poroso, a favor del curso de la vida. Este busca, al igual que Quignard, ser atravesado por el paisaje.
Arquitecto: Osvaldo Bizama Colaboradores: José Agustín Vásquez, Esteban Alvarado, Cristián Rojas, Mabel Santibañez y Francesca Aravena
PARQUE CULTURAL VALPARAISO, HITO HORIZONTAL DE CIUDAD.
En Valparaíso, las extensiones horizontales aparecen como situaciones notables, haciendo el contrapunto a su naturaleza de ciudad vertical.
El cerro cárcel es una meseta, hito horizontal de ciudad. Lo patrimonial es su horizonte.
El cerro cárcel es una meseta contenida, una explanada inventada. El muro perimetral contiene simultáneamente cielo y suelo. Es a través de esta trilogía, CIELO-HORIZONTE-SUELO, que aparece un principio de intervención.
SE PROPONE UN PARQUE DESPLEGADO EN PLATAFORMAS, EN UNA CONTINUIDAD DE SUELOS QUE PROMUEVAN EL ROCE COTIDIANO DEL ACONTECER CIUDADANO, UNA PROMENADE EXTENDIDA.
Plataformas entregadas a las diversas manifestaciones culturales y ordenadas como extensión de un pié de cerro elongado. El gran vacío de ciudad es preservado, poniéndose así en relieve las preexistencias construidas.
Los elementos de preservación (pabellón de reos, polvorín, muro perimetral, y edificio de acceso) son incorporados definiendo los trazados y relaciones programáticas, es así como el ex pabellón de reos mide al proyecto en toda su extensión.
La condición espacial continua, trasforma al Parque Cultural Valparaíso en un UMBRAL DE CERRO, integrándolo al sistema de recorridos cerro-plan y al circuito turístico-cultural entre los cerros concepción y bellavista, en este sentido, se propone además un funicular como vía alternativa de ascenso entre plaza el descanso y el parque.
ORDEN DEL PROGRAMA ARQUITECTONICO
El programa arquitectónico se divide en dos grandes áreas:
1- área formativa y de creación artística, reciclando el ex pabellón de reos y articulada por la galería de los colores. (ver lámina 4)
2 -área de difusión, la que se sumerge bajo la explanada, conformando un ATRIO como lugar de antesala y como plataforma con capacidad para albergar alrededor de 1200 personas en eventos masivos. (ver lámina 3)
Además de:
EDIFICIO DE ACCESO: El edificio de acceso es también reciclado dando lugar al área administrativa y a la tienda- librería del parque definiendo además el eje longitudinal del proyecto.
POLVORIN (RESTAURADO): Cada edificio en superficie, como el polvorín restaurado, es puesto en valor por una plataforma la que extiende sus posibilidades de uso y define su tamaño.
MURO PERIMETRAL: El muro perimetral es incorporado, internándose en el parque y poniendo en valor su recorrido superior, generando la apertura visual al replegarse en el terreno.
AREAS VERDES, ACCION DE TRASVASIJE: Se proponen como espacios de esparcimiento para actividades recreativas. Son concebidas como mantos verdes, conformados por el mismo material del suelo excavado para el área de difusión los que por la altura alcanzada, adquieren condición de parque mirador. Esta acción de trasvasije de tierra optimiza los recursos y promueve una intervención energéticamente eficiente y sustentable.
ESPACIOS EXTERIORES: En el espacio previo al acceso principal (fuera del predio) se propone un mercado de flores, como integración programática al vecino cementerio, incentivando la movilidad y multiplicidad programática. Por la calle cárcel, se propone un paseo arbolado el cual desemboca en un mirador público con conexión peatonal hacia el interior del parque. El antiguo estanque de agua es planteado como un futuro anfiteatro el cual complemente las actividades propias del parque.
ESTUDIO AMERICA ARQTO. LUCAS FEHR ARQTO. MARIO FIGUEROA ROSALES ARQTO. GUILHERME MOTTA ARQTO. ROBERTO IBIETA ARQTO. CARLOS GARCIA ARQTO. MARCUS VINICIUS DAMON EQUIPO ARQTA. ANA VAZQUEZ ARQTA. FLAVIA TENAN ARQTO. RODRIGO KIM EST. AMANDA RENZ EST. MARIO DO VAL
Intenciones: Todo el centro de Valparaíso ya es un enorme Parque Cultural y debería funcionar como tal, por esta razón, era necesario definir una idea fuerte para evidenciar y acentuar esta apropiación del PCV, estableciendo conexiones extra-muros con la ciudad y domesticando sus bordes para ampliar el uso del espacio al público y de esta forma unir las acciones que ya se desarrollaban con nuevas posibilidades por surgir. Lo que proponemos es un PCV como epicentro: un concentrado de Valparaíso, de sus propias dinámicas básicas pero también un movimiento de sinergia con el lugar capaz de jugar a su vez con la escala de los espacios internos y generar diferentes escenarios con los espacios exteriores. Así, una consideración importante para el proyecto fue el acoplamiento a la topografía para dar continuidad al espacio urbano de la ciudad.
Estrategia: Construimos prioritariamente en el borde “negativo”, en bajo relieve, de la topografía del terreno. La intención fue dar sentido (cara y contenido) a los bordes para cualificar las mesetas propuestas como espacios potenciales para distintos eventos. Este esfuerzo permite abrir y controlar nuevos accesos al Parque. Pretendemos un lugar que no trate sólo de lo que contiene sino que hablando de ello proponga el resumen intencionado de lo que ocurre fuera de sus límites: el PCV como RESONANCIA de Valparaíso. No planteamos un nuevo edificio, en el sentido tradicional – objeto arquitectónico aislado y estático – sino como algo que abriese paso, que resista, que se mimetice. No queremos un Parque como espacio de REPRESENTACIONES de la ciudad, sino un Parque Cultural de PRESENTACIONES, de manifestaciones, de movimiento, y de resistencia cultural urbana así como de PRODUCCIÓN, que logre generar arte, artesanía, cultura y vida.
Patrimonio: Trabajar con el patrimonio incita al cuidado de las exigencias y criterios necesarios. No lo entendemos solamente como algo que se va a RESTAURAR, sino a HABILITAR a las nuevas funciones que establecerán conexiones entre pasado y presente, y que transformen los edificios en participantes activos de las nuevas relaciones que ahí se establecerán.
El volumen de la Galería de Reos, se impone al paisaje como referencia a la ciudad. Más allá de su volumetría, esta fuerte RELACIÓN debe ser preservada y evidenciada. De esta forma mantenemos su integridad. Internamente, la expresividad de las relaciones espaciales del antiguo presidio son preservadas por un testimonio dejado.
El polvorín, elemento histórico clave del conjunto, será preservado como tal y valorizado al ser el único elemento construido sobre el gran Patio Central.
Hablando de este Patio, creemos que es parte importante del patrimonio pues es el espacio que guarda los pasos de cada uno de los agentes que pasaron por ahí. Desde los soldados españoles, reos y guardias hasta los artistas y ciudadanos, que tienen vidas vincularas a este lugar, todos han dejado una huella en este acumulado de capas históricas superpuestas. Por esta razón decidimos conservarlo tal y cómo está para que funcione como testimonio vivo y siga guardando los pasos de los futuros usuarios del PCV.
Programa: Alrededor del Patio Central (matriz geométrica primordial), se organizan las principales actividades y sus lugares. Él es el gran ambiente de recepción del PVC, por donde se direcciona a los múltiples equipamientos. Por ella pasan los flujos de usuarios del centro, y hacia ella misma se dirigen los ambientes de producción y manifestación artística.
El Patio constituye un gran receptáculo de manifestaciones artísticas. El circo, la música, la danza, el cine y las instalaciones de artes visuales pueden presentarse ahí. Se accede a ella por la antigua entrada del presidio, que albergará la administración y, simbólicamente, la biblioteca. Ambas áreas desembocan en el patio de transición. Sobre ellas una terraza ajardinada conecta el estacionamiento, espacio igualmente apto para ferias y cuidadosamente arbolado, hacia otra terraza junto a la esquina de piedra del antiguo presidio, lugar de vista privilegiada de la ciudad y del mar. Del Patio Central se tiene acceso hacia la Galería de Reos que se reorganiza por la implementación de tres cavidades, tres vacíos. La primera que recibe y transpone la Galería al lado del Contenedor de Artes Visuales, la segunda que sirve como apoyo para el Contenedor climatizado y con iluminación controlada y la tercera que es una extensión del Taller de Artes Circenses. Mantenemos las actividades circenses en el pabellón debido a su forma de ocupación del espacio existente y por su carácter lúdico. Por lo tanto, se creó una gran caja, para los ejercicios, que se pueden abrir hasta la parte histórica del edificio.
Formando la nueva cara del Patio Central, funcionando como una extensión del pabellón, se organizan los talleres que, elevados, se abren a la plaza y a la ciudad y que permiten tanto actividades aisladas como integradas. Su larga circulación fue pensada de tal forma que permita encuentros entre las diferentes actividades. Están posicionados sobre una segunda entrada al conjunto, que podrá ser abierta en días de grandes eventos, franqueando el parque para la ciudad. En la prolongación de esta ala está el teatro y los espacios de convenciones que completan el conjunto y se conectan al Patio Central a través del Foyer. Aprovechando el gran desnivel del terreno original y su cubierta, en una extensión de la topografía del sitio, origina una plaza-mirador pública y abierta, donde la cubierta del palco se transforma en una nueva platea de presentaciones al aire libre, y de donde se admira todo el conjunto, la ciudad y el mar, estableciendo así, más que una conclusión, la total integración del parque con el paisaje de Valparaíso.
El PCV se convierte, de este modo, en un gran parque público que se define como una sucesión de plazas y patios volcados al arte y a la comunidad, donde todo tipo de actividad puede ocurrir.
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