A pocos meses de su inauguración, la Estela de Luz se mantiene parada firmemente ante toda la población de la Ciudad de México. El impacto visual de este monumento nos hace preguntar, ¿tendría el mismo efecto sentimental sí se usara un medio diferente a la de la iluminación? A continuación se explica las implicaciones lumínicas del proyecto así como el éxito de este monumento desde un punto de vista simbólico para cualquier ser humano.
Más información, después del Salto.
El proyecto fue presentado por 24 jóvenes arquitectos mexicanos, encabezado por César Pérez Becerril, quien ganó el Concurso Nacional para la construcción del Arco Bicentenario, un monumento que se erigió sobre una de las calles principales de la Ciudad de México, Paseo de la Reforma.
Consta de 1704 paneles de cuarzo y tiene una altura de 104 metros. Por las dimensiones del proyecto, por lo menos en lo que la iluminación se refiere, este es uno de los más grandes de México.
Iluminet, revista méxicana de iluminación, quién recorrió la instalación con los ingenieros de la obra, señala que: “el proyecto utiliza dos modelos de luminarios especialmente diseñados para la Estela de Luz: 1136 de 36 LEDs y 568 de 30 LEDs, lo que da un total de 57,936 LEDs que se controlan de manera independiente. Para el funcionamiento de los luminarios solo se necesita cable UTP de alta transmisión de datos con protección UV, el cual va desde el cuarto de control a cada una de las luminarias, lo que da una longitud total aproximada de 220 kms de cable. Cabe mencionar que el cableado esta perfectamente ordenado y no se ve ni ensucia el monumento. Este sistema de control con cableado tipo ethernet es una gran ventaja, ya que en el mismo cable va toda la información, la alimentación y es multidireccional, con lo que se simplificó mucho la instalación.”
El resultado es una obra que deslumbra y que cautiva al ciudadano Mexicano. El encabezado del diseño, el arquitecto César Pérez Becerril, comparte algunos de sus pensamientos, desde antiguos los seres humanos cada vez que queremos perdurar miramos hacia el cielo. Creyentes o no, la humanidad voltea a los ojos a lo alto cuando quiere inspiración, ideas, fuerza. Este monumento es, en primer lugar, eso. Búsqueda de lo infinito, búsqueda de lo absoluto[…]
Esta figura espigada expresa a un pueblo que mira, que sueña hacia arriba, que sabe que prevalecerá a pesar de todos los avatares que la historia ponga en su camino.- César Pérez Becerril.
