- Área: 237 m²
- Año: 2010
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Fotografías:Fernando Alda
Un edificio quedó varado en el jardín de Umm Hakim
Una pequeña isla, al-Yazirat al-Jadra, que emergía del mar cubierta de vegetación a escasos cuatrocientos metros de la desembocadura del río de la Miel o wâdí-l-Asal, dio nombre a la ciudad de Algeciras; una isla desde la cual Târik ben Ziyád penetró en la península en el siglo VIII dejando atrás un pequeño destacamento para custodiar a su amada Umm Hakim.
Tal es la importancia histórica del ámbito donde se ubica este pequeño edificio que los diversos acontecimientos y personajes que arribaron a la costa hace doce siglos fundaron en ese mismo lugar la conocida como villa vieja, y en el siglo XIII, la villa nueva o ciudad Meriní.
Usaron su cauce como puerto y su vega llena de almunias y huertas como lugar de abastecimiento. Canales y acequias, frutales e higueras se entremezclaban con las frondosas alisedas que acompañaban su cauce y allí nos gustaría pensar que Umm Hakim realizó un jardín, un jardín lleno de palmeras y alisos donde el rumor del agua y el horizonte llamaban al descanso.
Dado la sensibilidad arqueológica y la relevancia histórica del enclave en nuestra propuesta de actuación se fue consolidando la oportunidad estratégica de potenciar un espacio de reconocimiento y divulgación de la relevancia histórica de este oculto río y de los espacios que los rodean en la conformación de la ciudad.
Y de ahí nació el interés por la construcción de un pequeño edificio que sirviese como centro de interpretación-información de los procesos relativos al lugar y a la importancia que ha tenido el Río de la Miel en la conformación de Algeciras.
El edificio se nos presenta como una edificación dispersa, autónoma y reflejo de esas edificaciones de carácter portuario que han acompañado a este lugar a lo largo de su historia y en relación con la actividad portuaria.
En el interior del edificio un techo a modo de panal de abejas reconoce la causa que dio lugar a la toponimia del lugar.
Un espacio de encuentro revestido de un acero muy naval, el acero corten, cuyo color mancha la piedra granítica que conforma las paredes pétreas sobre el que se sustenta.
Un centro de interpretación varado sobre un mar de granito y cubierto por un manto de palmeras que le dan sombra.
Puedes ver el set completo de fotografías en el sitio oficial de Fernando Alda.