Sin duda un tema que se ha instalado en la discusión de la última semana ha sido la construcción del Mall de Castro, cuyas condiciones no sólo atentan contra un patrimonio urbano o arquitectónico de la ciudad y ciertas piezas arquitectónicas patrimoniales, sino que también alteran para siempre el patrimonio natural, humano y cultural de la ciudad y su entorno, algo muchas veces olvidado, pero no menos importante.
Este tema sin embargo no es la primera vez que pasa, lo que significa que no hemos aprendido de nuestros errores en el pasado cercano como podrían ser el Casino de San Antonio, el Casino de Valdivia o el mall de Puerto Montt, por sólo nombrar algunos.
En Chile nos hemos caracterizado por reaccionar tarde y por curar en lugar de prevenir.
El controversial Mall es un claro ejemplo de ello, hoy con 2/3 construidos recién reaccionamos e instalamos la discusión pensando en lo que va a suceder con Castro en un futuro próximo, en este caso nos queda tratar de parchar medianamente mal una situación que se pudo haber evitado si se hubieran planteado bien las reglas del juego. El daño en este caso ya está hecho en gran medida, nos queda el deber de sanarlo lo más posible.
Lo impresionante es que no hemos aprendido de otros casos similares en el pasado cercano y que han sucedido más silenciosamente y donde este mal entendido progreso a generado problemas similares a los que se generarán en Castro.
El Casino de San Antonio se planteó y construyó como una mole que bloqueó todas las vistas que tenía la ciudad de San Antonio hacia la bahía, el puerto y el mar, sin duda el principal valor de la ciudad. Similar situación podemos apreciar en el caso de Puerto Montt. En el caso del Casino de Valdivia este aparece como una construcción cuya altura y escala excede y atenta contra la situación natural del río Calle Calle alterando su percepción y valor como tal.
El grave problema es que el anhelado progreso en Chile siempre lo hemos entendido mediante una solución o tipología a repetirse sin ningún grado de reflexión, Mall o Casino, como se han hecho en Santiago y como se importaron desde otros lugares del mundo.
No nos hemos detenido a pensar en como replantear o adaptar modelos a un contexto completamente distinto del que provienen. No hemos tenido escrúpulos en ejecutarlos y finalmente los arquitectos responsables (independiente de la normativa que ampare o no al proyecto) no han tenido la ETICA para no realizarlos, vendiéndose por dinero (porque un proyecto así no puede reportarles ningún otro beneficio) temas que hemos debatido en el último tiempo y en los que a mí parecer somos todos bastante coincidentes.
Más allá de Castro, tenemos que mirar también a futuro y evitar estás situaciones que se seguirán repitiendo. ¿Qué pasará con el Mall en el Muelle Barón de Valparaiso y su impacto urbano, vial y portuario? ¿Queremos convertir el borde costero en un paseo tipo Mall de Miami?