El Edificio IAC inaugurado en el año 2007 es el primer edificio construido de Frank O. Gehry en Nueva York. Se encuentra localizado en el barrio de Chelsea, a pasos de la Highline, en un barrio con una fuerte renovación urbana e inversión que se está volviendo un lugar bastante atractivo dentro de la ciudad.
El edificio está en la rivera oriente del Río Hudson y son las velas de los propios veleros que navegan por el río la inspiración para Gehry al momento de diseñar el edificio. Algo que a primeras parece bastante metafórico, en este caso particular me parece bastante certero y es patente en los primeros dibujos del proyecto.
La arquitectura de Gehry no es de mis favoritas pero me parece un aporte indiscutible a la profesión, la arquitectura y el desarrollo técnico de la misma. Sin embargo este caso específico me parece un excelente edificio, mucho más medido y preciso que la mayoría de las obras del arquitecto y que por lo mismo funciona bastante bien en el lugar y el barrio, aportando a su renovación y no impactando violentamente su relación con los vecinos y la calle.
El interior es bastante convencional, plantas libres dispuestas en diferentes niveles, donde quizás el único rasgo particular, es la superposición de un volumen menor sobre uno mayor que determina la forma exterior y la medida de las plantas interiores.
El edificio logra constituirse como la cara institucional de IAC y su forma aunque es caprichosa, me parece pretenciosa en una justa y deseable medida. Quizás lo más destacable de este edificio es que su resolución formal y material es en base a un único elemento y color, el vidrio serigrafiado blanco, a diferencia de muchos proyectos de Gehry en los que se mezclan materiales, formas y colores que suelen saturar el proyecto y generar una cierta confusión.
En este caso, la sobriedad dentro de su propia arquitectura es su principal cualidad y a mi parecer su principal valor. Un proyecto sobrio y mucho más medido si lo comparamos con los otros proyectos Gehry logra constituirse en lo que la Revista Vanity Fair llama el mejor Edificio de Nueva York, eso es algo cuestionable por el complejo universo de arquitecturas de la ciudad, pero al menos me parece un excelente ejemplo.
Finalmente, y lo que es el punto de partida del edificio, su generación formal como las velas del río Hudson, en este caso específico me parece logrado y acertado, la metáfora funciona ¿qué opinan?
