- Área: 1250 m²
- Año: 2007
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Fotografías:Paul Czitrom
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en una esquina de trafico constante, frente a la plaza de acceso a un centro comercial y a la Iglesia de San Ignacio proyectada por Juan Sordo Madaleno. El proyecto juega con la condición de ser un edificio que se apropia de la vida urbana y de las mejores vistas de este sector de la Ciudad de México, y al mismo tiempo es un edificio privado y de escala domestica que conserva el carácter de la colonia Polanco. El proyecto consta de seis departamentos de lujo, versátiles en dimensiones, para ofrecer distintas cualidades en cada uno de ellos.
Formalmente, se busco una propuesta que hiciera pocas concesiones a las tendencias de la moda, un proyecto atemporal comprometido con el paso del tiempo con una volumetría serena y una tectónica moderna. El espíritu, es una fina caja de orfebrería, en donde los materiales se vuelven fundamentales: el concreto aparente junto con los revestimientos metálicos y de madera conforman un ensamblaje mesurado. El concreto es un elemento presente discreta pero expresivamente en todos los puntos de la obra. Es el material de presencia constante que da forma y estructura al concepto plástico de la propuesta.
Hacia la parte posterior del predio hay cuatro departamentos, uno por nivel y se configuran en dos volúmenes, el primero contiene las áreas públicas y de servicio, mientras que el segundo contiene las áreas privadas. Al frente del edificio, se entretejen dos departamentos en cuatro niveles comunicados por escaleras internas. En el nivel inferior se cuenta con una sala de concreto aparente, abierta a un patio ingles (hundido) que permite disfrutar al aire libre con seguridad y privacidad. Las vistas hacia la calle se enfocan en captar la vida urbana que se genera en la plaza de acceso al centro comercial.
Finalmente, el remate del edificio lo constituye una amplia terraza de más de cien metros cuadrados, abierto completamente hacia el perfil urbano de Polanco, gozando de una de las mejores panorámicas de la zona.
El edificio fue trabajado laboriosamente en todos sus detalles desde el taller de diseño, la realización de todos los planos ejecutivos, hasta la resolución de todos los detalles de obra, un equipo interdisciplinario que incluyo arquitectos bioclimáticos, de iluminación, ingenieros estructuristas y de instalaciones y por supuesto los constructores; el resultado es un conjunto que en su discreción ofrece sutiles guiños, con elementos de diseño sofisticado, a quien lo mira con agudeza. No obstante estas sutilezas, las cualidades espaciales son contundentes y apreciables por cualquier usuario, en un edificio de orfebrería que está a la altura del marco que lo inspiro y cuyo mayor logro es la satisfacción de un trabajo bien planeado y bien ejecutado.