Excavar lo salvaje: Una orientación de la trayectoria a través de la propuesta de Jeff Kamuda para el Central Park. La propuesta investiga la tensión entre la naturaleza salvaje y el entorno construido.Con el auge de la civilización moderna, un principio fluctuante entre los humanos y la naturaleza puede ser observado en la reencarnación del parque urbano. Situado en el centro de Nueva York, el proyecto introduce una serie de fenómenos mediante un acercamiento único que a su vez sirve para estimular el dialogo entre el individuo, el parque, la ciudad y el cosmos. Extendiéndose un kilómetro y medio a través del Central Park, el proyecto de tres partes logra una yuxtaposición dramática de la experiencia subterránea combinada con la arquitectura elevada.
El subterráneo llamado como el “Portal” sirve como dispositivo de archivos históricos y astronómicos. Concebido como un repositorio cada vez mayor de los momentos de la ciudad de Nueva York, los muros de piedra expuestos incluyen inscripciones de la historia de la ciudad. Una esfera truncada sobre el vacío actúa como dispositivo de orientación al alinear al observador con Polaris, construyendo un vinculo metafísico entre el cosmos y el humano.
Una profunda incisión en medio del parque, “El Cañón”, continua la experiencia subterránea del Portal. El descenso a través de la estructura expone la distintiva composición geológica de la isla, mientras que simultáneamente vigoriza la experiencia con cascadas, mezclando el medio ambiente construido con la naturaleza. Espacios de exposición se extienden desde el volumen central conectando con el mall cercano y un prado de ovejas. A medida que el descenso continua, un muro de memorias compuesta por millones de paneles translucidos almacena las memorias personales e información genética de los individuos que han experimentado el lugar.
Cinco pares de torres gemelas situadas a lo largo de la porción norte del sitio se alinean con la grilla de la ciudad, marcando el evento cósmico del Manhattanhenge cuatro veces al año. Este evento, único en Nueva York, es traído a la vida cuando el sol se alinea con la grilla de la ciudad y proyecta los rayos de luz por las calles, pasando por las torres de observación. Las alturas de las torres están diseñadas para aprovechar al máximo la trayectoria solar.