Arquitectos: Vo Trong Nghia Ubicación: Saigon, Vietnam Equipo de Proyecto: Daisuke Sanuki, Shunri Nishizawa Fotografías: Hiroyuki Oki
Quien recorre la caótica ciudad de Saigon – con la mayor densidad de población en el mundo – puede encontrar fácilmente macetas y jardineras en la mayoría de las casas y edificios. Esta interesante costumbre le ha entregado un carácter a la ciudad, aprovechando la gran variedad de plantas tropicales y flores que crecen fácilmente en sus balcones, patios y calles.
Esta casa se construye en un estrecho terreno de cuatro metros de ancho y 20 metros de profundidad. Sus fachadas de menor ancho están compuestas completamente por jardineras de hormigón en voladizo.
La distancia entre las jardineras se ajusta a la altura de las plantas, que varían de 25 cm a 40 cm; para regarlas y facilitar su mantención se utiliza un sistema de riego automático.
Los tabiques interiores son muy pocos, para mantener la fluidez de los espacios y las vistas hacia las fachadas verdes desde cualquier punto de la casa.
En la mañana y la tarde, la luz del sol pasa a través de la hojas de las dos fachadas, generando efectos de luz y sombra en los muros de granito, compuestos de de piedras de 2 cm.
La fachada verde y el jardín en la azotea protegen a sus habitantes de la luz directa del sol, el ruido de la calle y la contaminación. Además, la ventilación natural a través de las fachadas y dos tragaluces, permiten enfriar el interior frente al clima duro de Saigon.
En relación a estos enfoques ecológicos, los arquitectos se inspiraron en los principios bioclimáticos de la casa-patio tradicional vietnamita.