- Área: 39 m²
- Año: 2010
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Fotografías:David Frutos Ruiz
Descripción enviada por el equipo del proyecto. A continuación la memoria, por los arquitectos.
En este proyecto trabajamos con dos imágenes. La de las tablas medievales desplegables, que funcionan como fachadas desmontables o como retablos, que aparecen reinterpretados por la fachada quebrada. La muerte inspira en los vivos una mezcla entre miedo y misterio. Morir es una transición entre este mundo y otros que nadie conoce. La tumba es el lugar donde esta transición tiene lugar.
De acuerdo esta situación las tumbas deberían estar cerradas para siempre, y son construcciones cuyas puertas nunca deberían ser abiertas, no se deberían poder abrir incluso si se deseara, por su falta de manillas y cerraduras. Las puertas se insertan en los muros fundiéndose con ellos. Las entradas por tanto son secretas como secretos son los tránsitos que ocurren en su interior.
La fachada de hecho solo puede abrirse en un orden concreto, casi una combinación que solo su propietario conoce.
En el interior encontramos una nube atravesada por los rayos del sol. Situaciones atmosféricas que encontramos en la naturaleza y que conectadas con nuestra referencias culturales de lo divino estimulan nuestro lado más espiritual.
La abstracción de dicho momento se materializa en la abstracción de la nube blanca, que es el final del recorrido en espiral que partiendo del sótano asciende hacia la plataforma intermedia y continua en el espacio de la nube donde nuestra vista se pierde dentro de la atmosfera irreal y abstracta que invade el lugar.