- Área: 777 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Miguel de Guzmán
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Aprovechamos las ruinas de un edificio existente entre los pinos del Monte Abantos. Nos parece un elemento evocador cuyo valor merece la pena respetar: unos muros de granito y ladrillo que nunca se llegaron a terminar y que, con una altura de dos plantas sin forjado intermedio, mostraban una extraña esbeltez. Para no perder la capacidad evocadora de la ruina optamos por conservar lo existente, construir con pocos materiales y no edificar la totalidad del perímetro.
La cubierta se concibe como un fragmento más de terreno, relleno de tierra del monte y semillada con especies de la zona. Sólo se introduce en la cubierta un plano inclinado realizado con zinc de reducidas dimensiones para introducir luz norte en un espacio expositivo a doble altura y para expulsar el aire caliente permitiendo una ventilación natural del edificio.
Se completa el volumen con muros y zunchos perimetrales de hormigón tratado con chorro de arena. Las carpinterías se realizan con perfiles metálicos ocultos en el interior de las jambas y con vidrios sin despieces para no distorsionar la imagen de los huecos existentes.
Una parte importante de los muros de la ruina se utilizan como tapia de un jardín donde se aprecian especies vegetales del entorno.
Queremos pensar que el tiempo va a favor de la arquitectura, no queremos imitar lo viejo, queremos que el tiempo iguale lo nuevo y lo antiguo. El zinc no está envejecido y esperamos que el hormigón se llene de líquenes como ocurre en el granito.