- Año: 2011
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Fotografías:Fernando Alda
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La escuela infantil del Serrallo se sitúa al norte de Granada y desde ella se divisa toda la ciudad y las estribaciones de Sierra Nevada. Está destinada a niños de hasta 3 años, por lo que su programa funcional y características formales están adecuadas a sus necesidades. Se compone de 7 unidades con una capacidad total de 102 niños.
Dado el clima benigno de Granada, se ha procurado una relación directa desde las clases a la zona de juegos en la ladera de la montaña, para fomentar el contacto de los niños con la naturaleza.
La marcada topografía de la parcela y el interés por proporcionar la mejor orientación y vistas desde las aulas, ha sido determinante en las decisiones de proyecto. Debido al desnivel del terreno el edificio se desarrolla en dos plantas con acceso directo a cada una de ellas.
Se han elegido los materiales con criterios de racionalidad, economía de medios y lógica constructiva. También se han procurado acabados en el exterior que no requieran mantenimiento, como es el caso del hormigón, una envolvente continua, que recorre paramentos verticales y horizontales a modo de caparazón estructural, así como la cerámica vidriada para los cerramientos de las caras este y oeste.
El carácter lúdico de la zona de juegos se ve reforzado por la presencia de murales geométricos de vivos colores, diseñados por el artista Eduardo Barco.
En el interior se utilizan materiales neutros, con predominio del blanco y azulejo. En las cajas de los baños se cede el protagonismo a los elementos de color, que se introduce por el mobiliario y la presencia de los niños.
El alto grado sísmico de Granada y la poca resistencia del terreno, que se deducía del estudio geotécnico, así como la necesidad de un muro de contención de 7 metros de altura para salvar la diferencia de cota entre ambos lados del edificio, nos llevaron a proyectar una estructura monolítica de hormigón armado que optimiza el uso de micropilotes en la cimentación.
Con respecto a las instalaciones, el edificio se plantea de carácter bioclimático. El aprovechamiento de la energía de forma directa, como el soleamiento en el interior de las aulas y pasillos en invierno a través de las cristaleras y el control de la radiación por medio de vuelos, que en verano que evitan la radiación directa, forman parte importante de acondicionamiento del edificio.
Los materiales utilizados responden a la más pura tradición granadina, las cerámicas vidriadas que se utilizan siguen el mismo proceso productivo que las que en el siglo XII recubrieron los zócalos de la Alhambra, especialmente la celosía de la fachada oeste es un referente en clave contemporánea de las celosías árabes.
En el interior, el blanco y la luz, propios de la arquitectura mediterránea son una constante en el recorrido espacial.