Después de dos semanas de nominaciones en la 16ª edición de los Premios Obra del Año 2025, nuestra comunidad evaluó más de mil proyectos y seleccionó a los 15 finalistas. Los premios de este año celebran la excelencia en diseño, innovación y sostenibilidad, específicamente en la región de Latinoamérica y España, destacando una selección excepcional de proyectos en la lista de finalistas. Como un premio basado en la participación del público, nos enorgullece afirmar que sus elecciones reflejan auténticamente el estado actual de la arquitectura, y la calidad de los finalistas de este año subraya aún más la excelencia y diversidad presentes en el campo.
https://www.archdaily.mx/mx/1028656/conoce-a-los-15-proyectos-finalistas-del-premio-obra-del-ano-2025-de-archdaily-en-espanolArchDaily Team
Arquine convoca, desde 1998, un concurso de arquitectura que permite comparar ideas y propuestas en igualdad de condiciones. Como en las últimas ediciones, para el Concurso Arquine No.27 se invita a diseñar, construir y activar un pabellón en el Centro Histórico de la Ciudad de México en el marco del Festival de Arquitectura y Ciudad MEXTRÓPOLI.
Cuando pensamos en ciudades, a menudo asumimos que la cuadrícula ortogonal es la norma: ordenada, predecible y racional. Sin embargo, muchas áreas urbanas alrededor del mundo, notablemente aquellas moldeadas por colinas y terrenos irregulares, desafían esta convención. En ciudades como Lisboa, en Portugal, las cuadrículas ortogonales aparecen solo en zonas más planas como Baixa, mientras que áreas circundantes como Alfama se adaptan orgánicamente a la topografía. Estas áreas crean formas urbanas más estratificadas, irregulares y visualmente dinámicas. Ereván en Armenia, ofrece otro ejemplo urbano de esta adaptación: el Complejo Cascade transforma una empinada colina en un espacio público aterrazado que conecta diferentes niveles de la ciudad mientras enmarca vistas panorámicas. Para otros países, esta respuesta a la topografía se vuelve aún más crítica. Ciudades como Tegucigalpa en Honduras o Valparaíso en Chile están definidas por terrenos empinados e irregulares que requieren que los arquitectos y arquitectas se involucren profundamente con la tierra. Diseñar en estos contextos, especialmente para proyectos residenciales, exige adaptación técnica y una comprensión contextual que permita que la pendiente se convierta en un elemento generador en el proceso de diseño.
La forma en que los espacios son percibidos y vivenciados va mucho más allá de la estética—ellos influyen directamente en las emociones, pensamientos e incluso en la creatividad. En la práctica es fácil notar cómo ambientes amplios y con techos altos generalmente transmiten una sensación de libertad e inspiración, mientras que espacios más pequeños y cerrados tienden a inducir enfoque e introspección. Este fenómeno no es solo una impresión subjetiva, sino algo estudiado científicamente. El antropólogo Edward T. Hall, en la década de 1960, acuñó el término Efecto Catedral para describir cómo la altura de los techos impacta en la cognición y el comportamiento. Investigaciones más recientes profundizan en esta idea, demostrando cómo la arquitectura moldea nuestras decisiones y estados emocionales en diferentes ámbitos.
Históricamente, el baño público fue una necesidad fundamental para la higiene, dando origen a baños comunitarios en regiones donde los baños privados eran una rareza. En Japón, por ejemplo, los baños sento surgieron a principios del período Edo, sirviendo como instalaciones esenciales cuando la mayoría de los hogares carecían de sus propios espacios de baño. De manera similar, en otras partes del mundo donde la plomería y la gestión del agua eran consideradas lujos, los baños públicos compartidos se convirtieron en componentes vitales de la vida urbana. Con el tiempo, estos espacios evolucionaron más allá de su función, convirtiéndose en lugares para socializar, relajarse y escapar temporalmente de las rutinas diarias.
Sin embargo, en la era moderna, los baños privados se han vuelto omnipresentes en los hogares contemporáneos, abordando efectivamente las preocupaciones de higiene que alguna vez hicieron que las casas de baño públicas fueran indispensables. Con el auge de espacios sociales alternativos—cafés, centros de fitness, bares y salones de jazz—el baño comunitario tradicional ya no cumple la misma función esencial. Si bien algunos aún pueden apreciar el aspecto social del baño público, la incomodidad de cambiarse de ropa y mojarse frente a extraños puede disuadir a muchos de participar en la experiencia.