Diseñar un museo siempre es un reto arquitectónico emocionante. Frecuentemente, los museos vienen con necesidades y restricciones únicas: desde el museo de arte que necesita espacios para especialistas en preservación, hasta la enorme colección que requiere espacio extensivo de archivo, e incluso la gran institución cuyo edificio patrimonial representa un reto para cualquier nueva extensión.

En honor al Día Internacional del Museo, hemos seleccionado 23 museos sobresalientes de nuestra base de datos, y cada editor de ArchDaily nos explica qué es lo que hace de estos edificios los mejores ejemplos de arquitectura de museos que hay. 

El pasado 9 de marzo fue presentado en el Museo de Arte Moderno de Bogotá el seminario 'Diálogos Tropi Nórdicos arquitectura, arte y paisaje', un evento realizado bajo la iniciativa de la Escuela de Arquitectura y Diseño de Oslo, el MAMBO y la plataforma de conferencias y publicaciones Jardín Parlante. El seminario contó con el apoyo y dirección de los arquitectos colombianos Luis Callejas y Giancarlo Mazzanti, quienes en rol de moderadores, presentaron a los arquitectos noruegos Jeppe Aagaard Andersen, Janike Kampevold Larsen, Beate Hølmebakk y Per Tamsende.

Luis Callejas (LCLA Office) fue el encargado de introducir al público en la fuerte presencia que el ideario natural de los paisajes escandinavos ejerce sobre la arquitectura, en un encuentro donde se desvanecen las fronteras entre el arte y el paisaje a través de operaciones sutiles y precisas sobre geografías remotas haciendo visible la relación de la historia con la disciplina en un intento por transmitir el valor del paisaje.

Una de las principales motivaciones de Peter Zumthor respecto a su propia obra consiste en proponer el entendimiento inmediato del objeto construido, para bucear mediante un atisbo primario la sensibilidad emocional de sus espectadores. En busca de ese objetivo, Zumthor procura que las combinaciones de formas, materiales, colores y texturas, se amalgamen en el pensamiento perceptivo, dando lugar a la creación de una atmósfera arquitectónica de identidad univoca.

A partir de esta idea, manipula cada entidad de diseño perfilando su anatomía, deliberando dónde y cuándo debe influir o no en un contexto determinado, y cómo debe expresar su presencia material en ese medio. La tensión que propone entre el entorno y el objeto busca alcanzar una sensación de lugar de manera natural, sin que la imposición de masas altere el equilibrio existente. Para ello, armoniza las posibilidades cinemáticas de los elementos de la arquitectura mediante secuencias espaciales que estimulan la distensión y la sorpresa.

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