
Pareciera que con la gentrificación de la Ciudad de México surgió el concepto de “huertos urbanos”, un modelo de autonomía alimentaria que no solo nos provee de productos orgánicos, frescos y ready to eat, sino que embellece el paisaje urbano y nos reconecta con la naturaleza. Sin embargo, no hay nada más equivocado que concebir la agricultura urbana como un asunto de moda.