La Agencia de Protección Ambiental estima que los estadounidenses pasan el 90 por ciento de su tiempo en espacios interiores. Esto nos desconecta del mundo exterior y nos afecta completamente, desde la productividad hasta la salud mental. Además, se potencian algunos problemas físicos, como la mala circulación o la inhalación de contaminantes presentes en el aire.
Un método para reconstruir nuestra conexión con la naturaleza es mediante el uso de elementos vivos. Por ejemplo, las paredes de musgo vivo utilizan una de nuestras plantas más antiguas para aumentar el bienestar general de los espacios y mejorar su apariencia visual.