La ciudad muta permanentemente, diversos monumentos desaparecen, hitos de la ciudad se olvidan y nuevos símbolos surgen, haciendo que calles, plazas y muros resignifiquen el paisaje urbano, entregando nuevos puntos de referencia, historias y formas de entender la ciudad, nuestra historia y sociedad.
Pensar, dialogar y reconfigurar la ciudad, desde el arte, implica una serie de procesos: la investigación de territorios, de sus habitantes, entornos socioculturales y formas de relación, son pilares relevantes a la hora de diseñar e implementar dispositivos que generen efectos en la ciudad. La proliferación de intervenciones artísticas de gran escala, que apuestan por lo puramente estético nos hace reflexionar sobre a qué nos vemos enfrentados en el espacio público y qué efectos tiene en nuestra cotidianidad.