El refugio es un problema importante en la arquitectura. Las formas de vivir y relacionarnos con el espacio en el que vivimos a diario es una eterna discusión de la disciplina que tiene como objetivo traer una mejor calidad de vida, pero también innovar en materia de habitar. Al sumar otros estratos como la especulación inmobiliaria, una alta densidad de viviendas en los núcleos urbanos, la búsqueda del nomadismo o incluso el mero deseo de seguir una tendencia, el debate en torno a las casas de pequeña escala está cada vez más presente. Con eso, nos preguntamos, ¿cuál es la superficie mínima necesaria para vivir?
Las discusiones sobre vivienda mínima no son nada nuevo. En el CIAM en 1929, el tema Die Wohnung für das Existenzminimum (vivienda para el nivel mínimo de vida) ya pretendía presentar resoluciones para las necesidades biológicas y psicológicas en los edificios a través de un mínimo. Casi un siglo después, sabemos que tratar el pensamiento de un mínimo sigue siendo un tema controvertido y que debe ser discutido, principalmente porque no es capaz, muchas veces, de satisfacer criterios de bienestar o deseo de sus usuarios.
Aquí reunimos 14 ejemplos de proyectos residenciales a pequeña escala que parecen estar a la altura de las expectativas de sus residentes y que conforman las casas más pequeñas del planeta, que van desde los 15 a 1 m².
Casas urbanas pequeñas
En el contexto urbano, debido a la alta densidad de edificaciones, es más común encontrar departamentos de pequeña escala que casas. Sin embargo, también ocurren situaciones como la arquitectura parasitaria o experimentos en otras formas de vida, como lo ilustran los siguientes dos ejemplos:
Casa parásita / El Sindicato Arquitectura (12m²)
Studentboende: Unidad estudiantil / Tengbom (10m²)
Otro factor importante a considerar en el contexto urbano es lo estrecha que puede ser una casa para ocupar espacios residuales o simplemente dejar de liberar un área mayor al aire libre. A continuación se muestran dos ejemplos: primero, el proyecto japonés Lucky Drops, que configura un trapezoide largo y estrecho en planta, con un ancho que va de 3,2 a 0,7 m, seguido del proyecto considerado el más estrecho del mundo, la casa diseñada por Jakub Szczesny, que mide solo 1,22 m en su punto más ancho.
Lucky Drops / Atelier Tekuto
Casa Keret / Jakub Szczesny
Casas rurales pequeñas
Un ejemplo exitoso sobre el tema de la calidad de vida en un programa residencial insertado a pequeña escala lo dan las cabañas insertadas en contextos fuera de lo urbano. Esto se debe a que el contacto con la naturaleza se da con mayor amplitud, factor importante que contribuye a la comodidad de sus usuarios ya que el ser humano tiene una tendencia innata a buscar la proximidad a la naturaleza y, así, es posible pasar más momentos insertado en ella.
Cabe mencionar que, si ampliamos la reflexión sobre qué conforma una casa y qué programas consideramos necesarios para ello, descartando los espacios destinados a la cocina o al baño - que pueden ser estructuras separadas y diseñadas para uso colectivo y no privado - las áreas pueden volverse aún más pequeñas. Como en los dos ejemplos a continuación.
Refúgio No. 3 - “La Clara” / Wyatt Komarin + Addison Godine + Rachel Moranis (15m²)
Cabina quemada / DRAA (15m²)
Elsewhere Cabin A / Sean O'Neill (15m²)
Cabaña Etno / Ema Butrimaviciute (14m²)
Casa de Verano en Costa Vikinga / FREAKS Architecture (12m²)
Casa de Vacaciones / Hristina Hristova (9m²)
Diogene / Renzo Piano (7,5m²)
Refugio para el Espíritu / allergutendinge (8m²)
Kudhva - Cabañas en la naturaleza / New British Design (5m²)
La casa de 1 m²
La que quizás sea la casa más pequeña diseñada del mundo, es una propuesta creada por el arquitecto Van Bo Le-Mentzal. Esta estructura de un metro cuadrado fue diseñada como un experimento para que las personas reflexionaran sobre cómo definen el concepto de hogar, ya que "puedes declarar los parques como tu jardín o la ciudad como tu salón", como dice el arquitecto.
Es lo suficientemente ligero como para llevarlo sobre ruedas y ofrece espacio para sentarse, trabajar, acostarse y dormir. El concepto surgió de la propia experiencia de Le-Mentzal, ya que pasó parte de su vida como refugiado, mudándose y dependiendo de subsidios sociales o vivienda social.
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