Cómo es vivir en una casa-museo: los cubos de Blom

La realidad de 32 familias dio un giro —nunca mejor dicho— cuando la vivienda que ocuparon en los años ochenta se convirtió, en el año 2009, en atracción turística declarada. Algunos de los inquilinos decidieron aprovechar dicha circunstancia realizando pequeños tours por sus viviendas. Pero a pesar de toda la masa turística hacinada hasta el momento, la comunidad de vecinos sigue estando tan unida como sus cubos. 

Plano de situación, Piet Blom [1978]. Image Cortesía de Regionaal Historisch Centrum Eindhoven [RHCe]

Diseñadas por el arquitecto holandés Piet Blom, esta urbanización es única ya que sus casas son literalmente cubos (Kubuswoning). Los primeros experimentos de vivienda surgieron en la localidad holandesa de Helmond, donde se construyeron las 3 primeras casas-cubo en los años 70. Tras la destrucción del refugio Oude en Rotterdam, durante la Segunda Guerra Mundial, a Piet Blom se le encargó reconstruir la zona con una arquitectura de “carácter”. Fue así como se le presentó al arquitecto la oportunidad de aplicar su anterior exploración de vivienda cubo en Helmond dentro de un contexto más urbano. Construidas entre 1978 y 1984, las casas de Rotterdam son una variante de las creadas en Helmond.

© Wikifrits [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

El complejo de viviendas, planteado por el holandés girando el eje convencional del edificio, recibió la declaración institucional de bien arquitectónico hace una década, y los vecinos empezaron a recibir visitas foráneas de manera masiva. Los curiosos visitantes pueden aprender más sobre estos apartamentos explorando la casa museo Kijk-Kubus, abierta por uno de sus vecinos, o alojándose por una noche en una de las casas cúbicas. En declaraciones de dicho propietario al periódico español El País:

Siempre fue una zona muy interesante para vivir, en pleno centro de la ciudad; pero decidí un día abrir mi casa a la gente y que pudieran visitarla

Las 32 casas con forma de cubo, construidas en su momento como un área de vivienda social cercana al puerto, emergen como un bosque geométrico vecino a otro de los edificios icono de Piet Blom: el Potlood, también conocido como “Edificio Lápiz”. Los edificios se construyeron sobre pilares de hormigón, los cuales soportaban un entramado de madera. Dichos cubos descansan sobre estructuras en forma de hexágono y cada uno de ellos gira 45º para sostenerse en su base. Tres lados del cubo mirarían al suelo y tres al cielo. Y pese a que cada tríplex se acopla sobre el del vecino, como si fuesen piezas de Lego, la intimidad de los inquilinos no está en riesgo.

© Andrew Sides [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

Interiormente, y como se podrá imaginar, la distribución de las viviendas no es de lo más común. Con una superficie total de 106 metros cuadrados —de los cuales más del 25% es inhabitable debido a la inclinación de las paredes—, cada casa-cubo es dividida en tres niveles: el piso inferior, destinado al espacio de estar, con una cocina equipada en una de las esquinas y zona de estudio; el nivel intermedio, el cual distribuye sus estancias en dormitorios y un baño; y el nivel superior, que abarca un espacio en forma de pirámide triangular, usado como salón, dormitorio, zona de juego para los niños, o solárium. Además, existen muchas ventanas. En cada tercer piso se instalaron hasta 18, perfectamente aisladas, que hacen las veces de lucernario.

En palabras del mismo propietario a El País:

Son construcciones de fabricación sencilla, muy personales al final […] Los vecinos ya se han acostumbrado a vivir en estas dimensiones, yo lo hice toda mi vida […] Tienes dos opciones: si metes muchos muebles, al final todo parece más pequeño; la alternativa es hacerlos a medida

Las zonas comunes y almacenamiento para los vecinos que Piet Blom planteó hace tres décadas, siguen a pleno rendimiento a día de hoy: trasteros detrás de las escaleras, garaje de bicicletas, etc. La idea de comunidad que quiso crear el arquitecto sigue intacta —pese al turismo—, pues aquí todos se conocen unos a otros. Eso sí, sin meter demasiado las narices en la casa del vecino: la intimidad centroeuropea vuelve a estar en entredicho; exponiéndose como un icono, en lo que a discreción se refiere, de la arquitectura del último siglo.

© Dietmut Teijgeman-Hansen [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

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Sobre este autor/a
Cita: Borja Fernández. "Cómo es vivir en una casa-museo: los cubos de Blom" 03 feb 2019. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/908450/como-es-vivir-en-una-casa-museo-los-cubos-de-blom> ISSN 0719-8914

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