Se dice que el mundo está cada vez más desarrollado cuando en realidad está, indudablemente, más tecnológico y globalizado. Sin embargo, parece arriesgado hablar de desarrollado cuando los avances no se presentan en todos los lugares o para todos los habitantes.
En un escenario tan desigual, una selecta parte de la población global disfruta de dichos avances, mientras millones viven bajo la línea de pobreza sin las mínimas condiciones de infraestructura.
Tales contrastes a menudo pasan desapercibidos en la vida cotidiana de la ciudad. Sin embargo, se establecen en díptica relación con el plan urbano, mientras que al mismo tiempo es causa y consecuencia de profundos contrastres en el diseño de la ciudad. En Brasil, por ejemplo, las malogradas favelas y comunidades pobres contrastan con la arquitectura de edificios y viviendas de clase media alta, todos diseñados y construidos con los recursos necesarios.
El proceso de urbanización tanto en países pobres como en vías de desarrollo en todo el mundo, reafirman lo que la sociedad sabe, pero a menudo no se dan cuenta del problema: la enorme desigualdad social que nuestros sistemas políticos y sociales provocan.
Cuando tenemos la oportunidad de observar desde la cima grandes ciudades como Río de Janeiro, Ciudad de México o Sao Paulo, logramos percibir con mayor clairdad como nuestras ciudades son segregadas y segregadoras.
Para confirmar esta reflexión, presentamos seis imágenes aéreas de grandes metrópolis alrededor del mundo en donde los extremos conviven diariamente.